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10 DE JUNIO, 1978
El tiempo paso demasiado rapido, y Junio apenas empezaba pero Hogwarts terminaba con una sensación de incertidumbre y extasis para sus alumnos, en especial para los que ese mismo día se graduarian del colegio.
Los nervios de punta, ansiedad de vivir el futuro, y luchar contra aquel mal que atemorizaba a todos los magos y brujas. El sentir que abandonaba a su familia por buscar algún punto débil de aquel ser sin nariz, hacia que Amelia se le formará un nudo en el estómago. Estaba dejando a su hermano y a sus amigos, a sus abuelos, pero al menos le calmaba la conciencia que estarían a salvo.
Estuvo hasta los últimos días entrenando junto a la Order y asistiendo a misiones, y cada vez que volvía era una cicatriz más en su cuerpo. Señales de guerra, derrotas, visctorias, inclusive hasta bajas que los mortifagos y Aurores tenían.
Aprobó sus E.X.T.A.S.I.S. Con las mejores calificaciones, el examen de aparición lo había aprobado y ahora que ya era mayor de edad para el mundo mágico, ella y Regulus podrían usar la varita para protegerse.
Amelia miraba a cada familia reunida para la graduación de su hijo o hija.
Miro a la familia Black, que la mayoría miraba todo con desagrado. Sabía que se encontraban ahí más por Narcissa que por Sirius. Inclusive Lucius Malfoy se encontraba ahí apoyando a su prometida. Amelia, había querido sentarse casi hasta el final de las filas donde los alumnos graduados se encontraban. Regulus a unas sillas de ella miraba a James de vez en cuando y a la par, pero ninguno soportaba aquella mirada por más de diez segundos.
Su huída ya se encontraba preparada, solo tendrían que llamar al elfo de los Black para llevarlos a su lugar de destinó. Muy a su pesar y aún con lágrimas en los ojos había escrito una carta despidiéndose de todos y alegando que volverían pronto Regulus y ella, cuando se asegurarán de tener las respuestas claras, pero que no se esforzarán buscándolos.
Regulus ya tenía todo planeado. Había alegado con sus padres acerca de que tendría que irse por una misión del señor oscuro, algo totalmente falso. Los que sabían de aquel peligroso plan, los cuales solo eran Pandora y Narcissa, se habían encargado de asegurarles que les informarían acerca de cualquier cosa que pasará.
Regulus y Amelia, con ayuda de ambas rubias, una de Ravenclaw y otra de Slytherin, se habían encargado de buscar la suficiente información para que la marca en el antebrazo de James no ardiera en un momento de llamado de los mortifagos. Aprovechando que Amelia sabía uno de los pasadizos para llegar a las habitaciones de Gryffindor de los chicos les daba cierta ventaja. Y fue así como la marca de James quedó completamente bloqueada la madrugada del 5 de abril del 78.
La noche anterior previa a la graduación, Amelia y Regulus habían jurado permanecer juntos y sobrevivir pasara lo que pasara y eso es lo que harían aunque fuera lo último que hicieran.
