Capítulo 11 - 🏈

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Entro a la fraternidad Alpha por la puerta principal, acompañada de Mickeyla, Linda, Trisha y las demás integrantes del equipo.

La mayoría nos mira cuando entramos y avanzamos por el centro. Observo cómo las personas nos hacen espacio. Del otro lado, frente a nosotras, un grupo del equipo de fútbol americano compuesto por Boris, Cody, y otros más que no conozco, dejan de reír entre ellos en cuanto nos ven.

Ellos también están en pijama. Todo el maldito mundo lo está.

Los chicos caminan a nuestro encuentro y se detienen cuando quedamos muy cerca. Boris se detiene frente a mí y ladea la cabeza, mirándome de arriba abajo.

—Linda —saluda uno que se me hace conocido, pero no sé de dónde.

—Mike —responde Linda.

Ah, ya recordé. Es el Mike con el que se estaba besando Lissa la otra noche, el exnovio de Linda.

‹‹Cuánto drama. Amo esto››.

—Te aceptaron —me susurra Boris, amable.

—Me aceptaron —confirmo y el moreno sonríe.

—¿Tu fiesta fracasó de nuevo, Mickeyla? —Se burla Mike, quien parece (por su postura y peinado de Ken) el presidente de la fraternidad.

Ella se echa su melena roja a un lado, demostrando mucha confianza en sí misma.

—En realidad, Mike, está por comenzar —responde ella.

Él mira a sus compañeros, confundido. Y luego todos ellos se miran entre sí, igual de confundidos.

—¿Qué? —pregunta Cody y me mira, pero mi sonrisa es lo último que ve antes de que las luces se apaguen, al igual que la música.

Más chicas del equipo de porristas entran a la casa con luces en la mano para verse a través de la oscuridad; entre ellas Lara, quien viene en el medio, junto a Lissa y con un megáfono en la mano.

—¡Qué pesar! ¡Se le fue la luz a la casa Alpha! —Todo el mundo comenzó a abuchear a los chicos del equipo de fútbol americano—. No se preocupen, amigos. ¡La fiesta sigue en la casa Kappa New!

Entonces, en ese momento, comenzó a sonar la música a todo volumen en la casa contigua y todos los que estaban en la casa no tardaron nada en salir corriendo de la casa Alpha para entrar a la casa Kappa New.

—Por cierto, están invitados —le dice Lissa a los chicos, lanzándole un beso en el aire a Mike, en específico. Miro un momento a Linda, pero a ella no parece importarle.

Nos damos la vuelta para irnos, pero, entonces, nos detenemos cuando oímos la puerta ser cerrada de un portazo y a las chicas gritar, sobresaltadas.

—Ninguna porrista va a salir de esta casa —anunció otro chico del equipo y me miré con Mickeyla, preguntándole si tenía algún plan y ella asintió, lo cual me tranquilizó enseguida.

—Chicas —dijo ella—. ¡Corran por sus vidas!

—Espera, ¿qué? —pregunté, pero ni me respondió porque salió corriendo.

Lara y las demás que habían entrado con luces, las apagaron y el lugar entró en una completa oscuridad.

—¡Celulares! —grito un chico y los del equipo comenzaron a alumbrar.

Empecé a correr también, chocándome con chicas del equipo.

Traté de buscar la salida al patio trasero, pero todo era oscuridad. Incluso las ventanas estaban cubiertas porque no entraba luz de afuera.

SOLO UN JUEGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora