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Sigue mirando el teléfono. Deja de sonar, pero vuelve a hacerlo a los pocos segundos.
—Deberías contestar —digo, y sus ojos viajan hacia mí.
Se queda mirándome a los ojos tanto tiempo que, de nuevo, su celular deja de sonar. Pero, repitiendo lo anterior, vuelve a sonar a los pocos segundos. Él se acomoda y acepta la videollamada de Kat.
Me aguanto no sé qué cosa es la que siento y me acomodo en el asiento, dándole la espalda. Miro por la ventana y cierro los ojos con fuerza cuando la escucho hablar.
—Hola, chico lindo. ¿Por qué tardaste? ¿No encontrabas el móvil? —Oí su risa y me encogí más en el asiento, sintiendo algo muy, muy feo en el pecho.
«Esto es raro. Tan raro para mí».
—No, es que... —Silencio... —Vamos en el autobús y hay mucho ruido, así que no lo había escuchado.
—Por eso llamaba. ¿Cómo les fue?
—Ganamos.
—No me sorprende —Ella sonaba tan orgullosa—. Mi novio es el mejor, de eso no tengo duda —Silencio...—. ¿Estás bien? —pregunta ella con un tono ya no tan alegre, más bien preocupado.
—Solo estoy cansado —susurró Colin.
—Ah, es eso, sí. Te ves un poquito cansado. Deberías llegar y acostarte —La alegría vuelve a ella—. Pero no vayas a la fraternidad, seguro habrá una fiesta. Es mejor que vayas a tu apartamento.
—Sí... Eso haré.
—Bien. Solo llamaba para decirte que te extraño mucho.
Silencio...
—Yo también —dijo Colin segundos después con un tono de voz apagado.
—Te amo, Colin —Y, al decirlo, sentí la sinceridad en su voz, el cariño y... El amor.
Escuché un suspiro proveniente de la persona a mi lado.
—También te amo, Kat.
Sentí que la llamada terminó, pero no me moví.
Colin se removió en el asiento y lo escuché maldecir, aunque fue muy, muy bajito.
Volví a cerrar los ojos y, en medio de mi tristeza sin justificación, traté de quedarme dormida...
—Kiera... —Abrí los ojos de golpe cuando una mano me movió con calma. Me volteé, y mis ojos se encontraron con Colin, quien me miraba fijamente—. Llegamos —dice y detallo su rostro.
Me restregué los ojos con las manos y asentí sin decir nada.
«Me había quedado completamente dormida», me digo.
Se levantó, y salí después de él.
—Kiera...
—Nos vemos luego, Colin. Felicidades por la victoria —dije sin mirarlo y caminé por el pasillo del autobús, viendo que éramos los últimos que quedábamos.
🏈
—Vamos a la fiesta —lloriquea Lara.
—No quiero —Me llevo la almohada a la cara.
—¿Estás segura?
Me doy la vuelta sobre la misma cama, quedando boca arriba para poder mirarla.
—Lara, la fiesta está literalmente al lado. Si quieres ir, ¿por qué no vas?
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SOLO UN JUEGO
Roman d'amourLa llegada de Kiera al primer año universitario fue todo lo que ella había soñado, pero nunca imaginó que su mundo se complicaría tanto al conocer a Colin, el apuesto y popular capitán del equipo de fútbol americano de la universidad: odioso, extrem...