𝐈𝐧 𝐘𝐨𝐮𝐫 𝐖𝐢𝐥𝐝𝐞𝐬𝐭 𝐃𝐫𝐞𝐚𝐦𝐬 (𝐓𝐫𝐚𝐝𝐮𝐜𝐢𝐝𝐨)

X

Feliz día del panqueque. Lo olvidé por completo y desayuné cereales aburridos. Uf.

Arte de portada: Curbizzle

Capítulo 10

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La cafetería estaba llena del parloteo bajo y el tintineo de los cubiertos de metal, mientras que el mundo fuera de las ventanas era un desastre sobrenatural de rocas flotantes, nubes interminables y truenos ondulantes. Fue este último el que le dijo a Jaune que era un sueño porque, aparte de la vista imposible del exterior, todo dentro de la cafetería era igual que siempre, hasta que la comida frente a él era una réplica de lo que le gustaba, y sus compañeros estando dispuestos en sus asientos habituales. El equipo RWBY vino y se sentó frente a ellos, o él, y Ruby se inclinó hacia adelante con entusiasmo.

—¡No puedo creer que hayas invitado a mi hermana al baile!

—Oh —no estaba acostumbrado a ser el centro de atención en el sueño de otra persona. Al menos no tan temprano—. ¿Por qué? ¿Debería haberte invitado a salir, crater-face?

—¿Qué? —Ruby retrocedió, tal como estaba seguro de que lo haría en la vida real—. ¡Pft! ¿Qué? De ninguna manera. ¡Ew!

—¿Qué quieres decir con ew? Soy un buen partido.

—Pft. Sí, claro. ¡Para un Beowolf más bien!

Era una broma tan típica entre ellos que simplemente supo que el soñador era alguien en la mesa; era imposible que no lo fuera a menos que Ruby tuviera un acosador. Estaba bastante seguro de que Yang habría encontrado y matado a esa persona si existiera.

—Tengo que decir que también estoy sorprendida —dijo Weiss—. Agradablemente, sin embargo. Realmente sigues adelante como dijiste.

—Oye —gruñó Yang—. No digas seguir adelante como si fuera la segunda mejor.

—Oh, ¿es eso lo que inferiste? —Weiss sonrió maliciosamente detrás de sus dedos y Ruby estalló en risitas—. Estoy segura de que no quise decir eso de esa manera, pero si así es como lo ves, entonces tal vez haya que hacer un punto allí. Él me preguntó primero, después de todo. Y repetidamente.

Yang respondió arremetiendo, pero no contra Weiss. Su mano atrapó su cuello y tiró de él sobre la mesa, y luego se deslizó alrededor de su cuello. Sus mejillas se juntaron, Yang lo sostuvo en su lugar mientras sonreía salvajemente.

—Sí, pero está loco por mí. ¿Verdad?

—Yo solo...

Yang apretó su cuello.

—¿Verdad?

—Estoy locamente enamorado de Yang. Estoy perdido en su presencia.

Jaune se aseguró de pronunciar las palabras sarcásticamente y todos se rieron. Realmente era una conversación cotidiana entre ellos, y él le había dicho a su equipo que iría con Yang ese mismo día. Le preocupaba que Pyrrha pudiera estar molesta, pero ella le acababa de decir que estaba feliz por él. Había ido mucho mejor de lo que pensaba.

Yang soltó su cuello pero tomó su mano, guiñando un ojo y apretándola por un segundo. Eso, sintió, no era propio de ella. Yang era susceptible, sin duda, pero un gesto como ese era demasiado cuando todo lo que habían hecho era estar de acuerdo en ir a un baile juntos. Ambos sabían que en realidad no estaban saliendo.

—Será divertido —gorjeó Yang—. Y no estoy por encima de salir un poco después, también. Prueba algunas citas más, ¿eh? —ella le guiñó un ojo—. Si este va bien.