𝐈𝐧 𝐘𝐨𝐮𝐫 𝐖𝐢𝐥𝐝𝐞𝐬𝐭 𝐃𝐫𝐞𝐚𝐦𝐬 (𝐓𝐫𝐚𝐝𝐮𝐜𝐢𝐝𝐨)

LXXVI

No estoy seguro de si este capítulo terminará siendo un poco más corto. Solo más tonterías de trabajo. Siempre parece llegar a mitad de semana. Aunque es posible que el capítulo ni siquiera termine siendo más corto. No tengo idea. Escribo esta nota antes de escribir, así que tal vez todo se solucione y pueda hacer un capítulo como siempre.

Arte de portada: Curbizzle

Capítulo 76

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Jaune no estaba seguro de si Ozpin todavía recordaba que estaba en la habitación. El hombre se movía como si estuviera poseído, murmurando para sí mismo en idiomas irreconocibles para el hombre. Cuando sus manos se movían, ocasionalmente había breves destellos de luz: magia, se recordó Jaune, dejando atrás el escepticismo instintivo. Había visto lo suficiente para saber que era real en ese momento.

No se atrevió a hablar y revelar su presencia. Ozpin estaba furioso, su rostro se estiraba por la rabia desde que se había despertado gritando el nombre de Salem. Era un milagro que no hubiera arremetido contra él, y Jaune sospechaba que el murmullo era para evitar hacerlo. En el sueño, Jaune podría haber tenido el poder de contener a Ozpin. No se podía decir lo mismo fuera de él, y si Ozpin decidía arremeter contra él por cómo había actuado en el sueño, sería increíblemente peligroso.

Entonces, Jaune se quedó quieto. Permaneció sentado en la cama, con las piernas cruzadas, dejando que el hombre maldijera y se maldijera a sí mismo. Era temprano, ni siquiera las cuatro de la mañana, por lo que no había nadie cerca para escucharlo, y su equipo no lo esperaría durante algún tiempo. Jaune cerró los ojos y se concentró en su respiración. Realmente no ayudó, pero lo distrajo del ritmo de Ozpin. Sin embargo, nada dura para siempre.

—¡Tiene que haber algo que podamos hacer! —espetó Ozpin, atrayendo a Jaune de vuelta al presente. Parecía que era hora de que la conversación se volviera para dos jugadores—. Matar la esencia de Grimm dentro de ella, deshacerse de ella. Si podemos devolverle la cordura a Salem, ¡aún podemos salvarla! Deberíamos volver adentro e intentarlo de nuevo.

—O bien —dijo Jaune, que no estaba acostumbrado a ser la voz de la razón para alguien tan sabio como Ozpin—, no habrá ninguna diferencia.

Ozpin se giró hacia él y le dijo:

—No puedes saberlo.

—Dijiste que la presencia de Grimm en su mente podría haberla vuelto loca. Incluso puede que tengas razón. Pero eliminarla no la desquiciará. Si ya ha retorcido sus pensamientos para querer destruir toda la vida, entonces esos son sus pensamientos ahora. Su trabajo está hecho.

—¡Vale la pena intentarlo!

—¿Lo vale? —Jaune se estremeció bajo la mirada furiosa del hombre. Rápidamente se rindió—. No digo que no sea un esfuerzo noble y, si funciona, será genial para todos. Pero estás sugiriendo que nos lancemos a algo que tiene tanto control sobre los sueños como yo; más, de hecho. Ha estado haciendo esto durante mucho más tiempo que yo y tiene la ventaja de jugar en casa. También es inmortal, mientras que yo, claramente, no lo soy.

—¡Si esto funciona, podríamos lograr mucho bien!

—Y si no, moriremos. Eso es más decisivo para mí que para ti. ¿De verdad estás dispuesto a tirar a la basura la vida de un estudiante de esa manera?

El silencio de Ozpin sugería que lo era, y posiblemente lo había hecho. La madre de Ruby había sido una de esas estudiantes, y aunque Jaune dudaba que hubiera «desperdiciado su vida» si Qrow todavía estaba dispuesto a trabajar con él, de todos modos era un sacrificio. Uno de muchos.