𝐈𝐧 𝐘𝐨𝐮𝐫 𝐖𝐢𝐥𝐝𝐞𝐬𝐭 𝐃𝐫𝐞𝐚𝐦𝐬 (𝐓𝐫𝐚𝐝𝐮𝐜𝐢𝐝𝐨)

XXXII

Recordatorio rápido de que no habrá actualizaciones este domingo debido a que me tomé un descanso en mi cumpleaños.

Arte de portada: Curbizzle

Capítulo 32

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—Weiss, ¿podemos hablar?

Weiss Schnee hizo una pausa con el lápiz sobre el papel y levantó la vista de la tarea de Ruby. Obviamente no lo estaba haciendo, pero lo estaba revisando y resaltando áreas donde Ruby todavía tenía deficiencias. Al comienzo de su tiempo en Beacon, esto había sido una estratagema egoísta para resaltar lo inmadura y poco confiable que era Ruby como líder, pero hoy en día lo hacía para ayudar. Ruby había faltado dos años de escuela y simplemente no había asistido a lecciones sobre algunas materias.

Había una marcada diferencia entre alguien que era demasiado vago para aprender y alguien que era tan excepcional que se adelantaba y se perdía las lecciones, y su compañera, a pesar de todos sus muchos defectos, estaba dispuesta a estudiar más. Weiss tuvo que respetar eso.

Algo que respetaba menos, a pesar de sus mejores esfuerzos, era la obsesión de Blake por el Colmillo Blanco.

Oh, ella respetaba que Blake hubiera cambiado y dejado de ser un terrorista, y eso era digno de respeto. Se necesitaba más para recuperarse de un error que para no cometerlo en primer lugar. Blake merecía su segunda oportunidad.

Pero eso no significaba que su obsesión con el Colmillo Blanco no fuera un dolor de cabeza para Weiss.

En el trasero de todos, sinceramente.

—Este no es otro argumento, ¿verdad?

Blake se marchitó.

—No. Es... Es todo lo contrario. ¿Podemos hablar afuera?

¿Lo contrario? Bastante curiosa por ese sentimiento, Weiss dejó su bolígrafo y se puso de pie. Yang y Ruby estaban jugando un tonto juego de lucha por razones que ella no podía comprender: Weiss entendía el concepto de juegos para escapismo, pero no entendía por qué dos chicas que literalmente podían pelear mejor que los personajes del videojuego encontrarían algo de escapismo en eso. ¡Eran cazadoras, por Dios! Sacudiendo la cabeza, salió al pasillo con Blake, todavía medio convencida de que esto sería una artimaña para una discusión acalorada e irritada, o una disculpa indirecta en la que Blake pasiva-agresivamente hacía parecer que era culpa de Weiss.

—Entonces... —sus brazos se cruzaron—. Querías hablar en privado. ¿Qué pasa?

—Necesito disculparme.

Bien...

Eso era nuevo.

—¿Se trata de las discusiones? Pensé que ya lo habíamos resuelto.

—Lo hicimos, pero... acordamos no estar de acuerdo y... y eso está mal —Blake suspiró—. Necesito disculparme por convertirlo en tu problema en primer lugar. He estado enojada por muchas cosas. He estado enojada durante casi diez años, desde que mis padres fueron marginados y abusados ​​por la gente en Atlas.

—Eso no es...

—Eso no es tu culpa, lo sé. ¡Tendrías siete años en ese momento!

—Iba a decir que eso no es irrazonable —respondió Weiss.

—Gracias, y lo sé, pero lo irrazonable es cuánto te he echado encima, como si Weiss Schnee, una niña de siete años, estuviera de alguna manera tomando decisiones políticas para todo Atlas y la COSUDE. Estaba enojada con el Colmillo Blanco y nos enseñaron a odiarte. Teníamos que hacerlo, porque si no te odiábamos entonces nos habríamos odiado a nosotros mismos por las cosas horribles que hicimos. Era más fácil imponer ese odio a alguien. De lo contrario, confrontaremos nuestras propias acciones.