𝐈𝐧 𝐘𝐨𝐮𝐫 𝐖𝐢𝐥𝐝𝐞𝐬𝐭 𝐃𝐫𝐞𝐚𝐦𝐬 (𝐓𝐫𝐚𝐝𝐮𝐜𝐢𝐝𝐨)

LXXVIII

Hoy me toca trabajar desde casa jajaja. Salí a conducir hasta el trabajo y encontré a la policía despejando un accidente de tráfico al final de mi calle. Me di la vuelta para ir en sentido contrario y vi un camión volcado en esa calle.

Dios mío. Bueno, no puedo criticar porque tuve un accidente de coche hace dos años. Mi padre también perdió el control hace unos días y se salió de la carretera, pero por suerte no había ninguna zanja en la que pudiera chocar, así que pudo dar marcha atrás y llegar a casa sano y salvo.

Arte de portada: Curbizzle

Capítulo 78

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La negociación de rehenes parecía un vacío en el plan de estudios que Beacon debería haber llenado. Tal vez era una asignatura optativa para los cursos superiores o tal vez, solo tal vez, sus profesores no esperaban que terminaran en situaciones en las que una cita romántica se convirtiera en una.

—¿Cómo sabemos que la niña es real? —preguntó Yang.

—¿Cómo sabes que no lo es? —preguntó Cinder—. Podría haberle pedido a Emerald que le cortara la garganta, pero podría estar fingiendo la sangre y el grito de muerte. No hay forma de saberlo con seguridad.

—Yang, no lo hagas —Jaune le tocó el brazo para contenerla—. Estamos en el centro de la ciudad. Sería trivial para ella encontrar un rehén.

—La navaja de Ockham. Me sorprende que la conozcas, Arc. Sí, la explicación más sencilla es que recogimos a un rehén. Sin duda fue bastante fácil —se oyó un estruendo detrás de ellos, seguido de rugidos en el restaurante. Borró la sonrisa del rostro de Cinder en un instante—. Nos estamos quedando sin tiempo. Ninguno de los dos quiere que nos atrape.

Cinder no se equivocaba. Que ella la capturara no era lo ideal, obviamente, pero era mejor que que Salem la atrapara. Cinder tendría que sacarlo de contrabando de Vale y eso llevaría tiempo, tiempo que Ozpin y Qrow podrían usar para encontrarlo. Salem podría arrojarlo sobre la parte trasera de un Nevermore y matar a todos para salir de la ciudad.

—¿Qué clase de trato estás proponiendo?

Yang siseó:

—¡Jaune! ¡No puedes hablar en serio!

—Estás desarmada, yo estoy empuñando una sartén y un cuchillo de cocina, y Qrow está arriesgando su vida ahí atrás...

—Son solo Grimm. El tío Qrow los masacrará.

—No se trata solo de Grimm —espetó Cinder—. Y no está sola. Cuanto más nos demoremos, más peligro corremos. Sin mencionar a todos los demás. Salem seguirá convocando a Grimm, e incluso si Branwen puede vencerlos, los civiles atrapados en el epicentro no pueden.

—Entonces, ¿qué tal si llevamos esta reunión a otro lugar? —sugirió Yang—. Porque no nos vamos a poner de acuerdo en nada cuando nos estás apurando.

Emerald siseó:

—No estás en ninguna posición...

—Bien —la interrumpió Cinder—. Es de nuestro interés evitarla. Esmeralda, ábrele la garganta al chico si intentan atacar —les dio la espalda y les hizo una seña—. Vengan. Podemos hablar de esto sin sufrir daño inmediato.

Yang le lanzó a Jaune una mirada impotente.

Su caso era muy parecido.

—No hay nada que podamos hacer —susurró—. Escuchémoslas.