Operación Bloqueo [Operaciones Especiales #2]

15. Una Fuerza Irresistible

Hay una emergencia, necesito que me cubran.

Esas palabras se repiten una y otra vez como un eco. Me arrepiento el no haber ido directamente a casa de los Brown y esperar tanto, pero ¿eso habría hecho una diferencia? Matt habría salido con ella para escoltarla, ¿entonces qué? Ambos habrían sido raptados o peor. Sacudo mi cabeza despejando mis ideas, debo enfocarme en lo que sucede ahora.

Matt tiene la ubicación de Kristine. Le advertí por mensaje que tuviera cuidado, solo espero que me haga caso, pero conociéndolo, sé que no será así. A veces puede ser muy impulsivo como demasiado metódico, dependiendo de la situación y las personas en riesgo. Y esta vez se trata de su novia.

En el subterráneo del Edificio Federal, donde se refugian los agentes tácticos del FBI, todo es un caos, se preparan para un ataque ofensivo bajo las órdenes de su jefe, Dmitri Hopkins. Iremos dos equipos, uno comandado por él, y otro por mí. Por mi necesidad de mantener a alguien de mi entera confianza, el agente Steve me acompaña, mientras mi mejor amiga permanece en Central siendo nuestra base de comunicación.

—Conozco la zona donde tienen a Kristine, iremos en dos grupos, ¿te parece bien? los equipos Alpha y Charlie están listos —me informa Dmitri a la vez que me ayuda a ajustar el chaleco en mi cintura, como si creyera que no sé hacerlo, pero algo me dice que él lo necesita—. Irás con Alpha, como siempre. Charlie vendrá conmigo. ¡Ya escucharon, señores! ¡Muevan esos culos ahora! —Alza la voz dirigiéndose a sus subordinados.

Al grito de sí, señor, tanto de hombres como de mujeres que conforman los dos escuadrones, se ponen en marcha hacia el estacionamiento subterráneo, y de ahí, hacia el Punto Rojo como llamamos a las ubicaciones de rehenes, montados en un vehículos y motos que usan todos los miembros del Equipo Charlie.

Cabezas llenas de plomo y lágrimas de sangre.

De nuevo esas palabras resuenan en mis oídos. Wells no me dio mayor información, pero creo que esto es parte de esa amenaza. Daño a Matt y su familia. Esto es un ataque directo a él y qué mejor forma de llegar a Matt que por medio de los que él ama. La radio de mi vehículo emite un pitido. Enciendo la comunicación, mientras Steve sigue atento al camino al conducir.

—Aquí Hopkins. Miller, hay una situación en la escuela secundaria Rosedale. Tiroteo. Me acaban de avisar que dos de mis agentes están ahí y...

—¿¡No es esa la escuela donde Alice trabaja!?

Entonces, todo encaja. Reviso la ubicación de Matt que, gracias a Allison, puedo visualizarla desde mi celular. Él está muy cerca del Punto Rojo. La escuela está en Queens, muy alejado. ¿Planearon atacar a Alice y a Kristine al mismo tiempo?

Maldición.

Mierda.

Demonios.

—Afirmativo. Alice también está allí.

El aire se me escapa de los pulmones, no siento mi cuerpo trabajar como debería. Alice. En peligro. Matt también.

—Liz, yo debo...

—Ve por Alice, Dmitri, —lo interrumpo— yo me encargo de Matt.

—Copiado. Por favor, ten cuidado. Esto no puede ser una coincidencia.

Corto la comunicación antes de decirle cuán de acuerdo estoy con él y decido llamar a Matt en ese instante. Todo me da mala espina.

—Estoy a cinco minutos, Matt, por favor, espérame ahí —imploro en cuanto contesta y me doy cuenta que él se ha detenido en mi radar. Ruego que mis palabras hayan apelado a su sensatez.