Operación Bloqueo [Operaciones Especiales #2]

54. Agente Steve

Narra Liz

La grabación que Hilligan transmitió por cada medio de comunicación se repite en el interior de la oficina del director Greene. Aun cuando dimos ordenes desde el jet de cancelar cada tipo de transmisión, fie demasiado tarde. El video ya estaba en todas partes.

En cuanto llegamos a la oficina de Greene, donde la recepcionista nos avisó que nos esperaba, él junto con Kristine veían la transmisión de Hilligan por medio de su pizarra digital. Xanders es el primero en romper el tenso ambiente y apaga el dispositivo.

Greene voltea hacia su asistente con mirada impasible. Su rostro aún conserva algunos moretones que Matt le dejó, no obstante, ya no luce tan mal.

—¿Cuánto fue el impacto?

Kristine observa a su jefe. —Medio país alcanzó a observar la transmisión completa en televisión y radio. Estimamos que otro porcentaje considerable de la población lo vio por internet, pero Contrainteligencia ya se encargó de eso.

Greene no baja la cabeza, yergue su mentón y mira hacia su escritorio, en el monitor se muestran a Walters y Allison, en videoconferencia desde Nueva York.

—El punto desde donde se filtró la grabación fue en una casa situada en Brooklyn —relata Allison—. Cuando los Tácticos se movieron hacia ese lugar, encontramos a un individuo muerto. Sospechamos que se trata del hacker. Confiscamos todo lo que encontramos.

Noto a Allison algo turbada.

—Su identidad —exige Greene y Allison se aclara la garganta y frota sus sienes.

Con el ceño fruncido, inquiero:

—¿Qué sucede, Ally?

Ella sacude la cabeza y le responde al director:

—El agente Dalton Steve, señor.

Mis pulmones dejan de trabajar por unos segundos, entonces, comprendo la actitud de mi amiga. Uno de mi equipo estaba coludido con Collins y su gente.

—¿Agente? —repite Greene.

—Tienes que estar jodiéndome —suelto.

Greene voltea hacia mí. —¿Lo conoce?

Trago fuerte. —Era mi subordinado cuando yo era agente supervisor de homicidios. No creí que Steve...

—¿Está diciendo que su subordinado trabajaba para el enemigo y nunca se dio cuenta?

Matt se interpone entre el director y yo cuando este procede a acercarse un par de pasos.

—Baje el tono, director. No voy a permitir que le hable así a mi chica.

Greene endereza su espalda, lo que lo hace ver más alto aunque no alcanza el metro ochenta y siete de Matt.

—No interfieras.

Kristine resopla. —Debemos calmarnos e investigar esto. No sería la primera vez que alguien de los nuestros trabaje para el Pentágono en nuestras narices.

La mirada fúrica de Greene se dirige ahora hacia su asistente que no hace más que sostenerla sin retroceder.

—No tenía ni idea, director, —le aseguro, moviéndome para quedar a la vista del director—, pero le aseguro que investigaré este caso. Steve no debió saber demasiado, ni siquiera yo tengo pleno conocimiento de toda esta situación.

Saliendo del despacho de Greene, llamo a Allison.

—¿Ally, que sucedió? ¿Estás bien? —pregunto cuando no recibo respuesta.