Capitulo 3

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Oh si podemos plantar un arbolito—recuerdo haberlo dicho, mientras el estiraba su mano en donde yacía la semilla

Desde ese momento la semilla ha iniciado su vida, en el que se encuentra en constante crecimiento, floreciendo hasta que llegue su hora de partir. No podía esperar a volver a ver esa planta que ha crecido por los pasar de los años, hasta verla transformarse en un precioso árbol que dejamos plantados juntos

El auto continuaba su ruedo en el que nuestras primas y mi hermana observábamos con detalle los paisajes con los que nos cruzábamos y a pesar de ser tan precioso, eso no logro desviar mis pensamientos. La secundaria me estaba afectando y mi cabeza solo cuestionaba mis acciones... Me estaba sintiendo algo frustrada

—Llegamos —escuche al tío Stripe, quien estaba al volante de la casa rodante junto con mi papá en el asiento del copiloto

Muffins y Bingo fueron las primeras en asomar sus cabezas por la ventana y apreciar mejor la flora que ha crecido estos últimos años

—Guau —dijo Muffin con el rostro apegado al cristal

—Sí que ha cambiado mucho —comento Bingo. Por mi parte, solo me quede con los ojos cerrados mientras trataba de relajarme

Esto lo noto la tía trixie quien se paró junto a mí y dijo—¿Todo bien Bluey? —pregunto mientras tomaba un canasto que contenía algunos refrigerios

—Ningún problema tía —le respondí ofreciéndole una sonrisa, pero ella, al igual que mamá, sabía que mentía

—¿Segura? Te noto algo estresada—dijo

Di un suspiro y apoye mis brazos sobre la mesa—Si lo estoy, pero es solo por la secundaria, tareas y exámenes... es todo—era una verdad a media, estoy estresada pero no por los exámenes

—Debe ser agobiante tanto peso encima ¿cierto?

—Lo es—susurre, lo que parecía ser palabras dirigidas para mí misma

—Sabes cuando estoy con iras o cansada, me tomo 20 minutos para respirar y relajarme con el paisaje o simplemente con el silencio —me dijo mientras brindaba sándwiches a sus hijas y Bingo, para aliviar el hambre —puedes aprovechar estos días para despejar tu mente —dijo ofreciéndome un sándwich

—Gracias —dije mientras tomaba el alimento entre mis manos. Por la ventana pude apreciar el lugar exacto de ese riachuelo junto con el árbol adornado por sus hojas rosas y nuevamente me llego a la mente los recuerdos de aquel chico, nos divertimos y el recordar los momentos con él, me dibujaban una sonrisa y me calentaban el pecho. Empecé a buscar, mis ojos pasaban por todos los aparatos y cosas que se encontraba en la caravan, hasta dar con uno de los tantos libros que se encontraba dentro del transporte. Lo tome y con el libro a mano, espere a que estacionaran los autos y apenas escuche el chirrido de los frenos, abrí la puerta y me dirigí al árbol

—¡Bluey ese libro es mío! —exclamo muffin a lo lejos

—¡Ya sé que es tuyo muffin, solo lo tomé prestado! —le dije mientras ponía los ojos en blanco y tomaba asiento con la espalda apoyada en el tronco del árbol. Esperaba que la lectura me relajara, de hecho, siempre me calma, son unas de las cosas que me encanta hacer y la mayoría de las tardes me la pasó con mamá leyendo algún que otro libro. Mis ojos apenas lograron recorrer las primeras líneas del párrafo pues una voz irreconocible me interrumpió

—Hola bluey —volteé mi rostro y la primera impresión que tuve fue "¿Quién eres?"; El color de su pelaje, su rostro acompañado de una sonrisa sincera, su mano meneándose al igual que su cola, eran indicios suficiente; Sonreí e inconscientemente agitaba mi cola con delicadeza. Permanecí atónita ante lo que presenciaban mis ojos, no podíamos reaccionar, pareciera que nos hayan congelado y solo tengamos permitidos usar nuestros ojos para apreciar al otro; cerré el libro sin darme cuenta y mi mente se quedó en blanco, no sabía qué hacer, me puse nerviosa, pero feliz... solo podía sentir esa calidez acogiendo mi corazón mientras las palabras "el mundo es mágico" retumbaron en mi cabeza

CambiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora