Capitulo 34

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Sus pensamientos la acorralan. Dos Bandos que están en una lucha que resquebraja su cabeza; la llaman culpable, una persona horrenda que olvidó la empatía, pero, por el otro bando, la defendía, recordándole todos esos años en el que puso su vida detrás que de la de su hermana, siempre defendiéndola y ayudándola desde que se convirtió en la mayor.

Su lengua se deleitaba con el sabor de su postre libre de gluten.

—Bingo. —No escucho— Hey, ¿Te encuentras bien?

El suave toque en su hombro la despertó totalmente.

—O si, por supuesto. —Tartamudeo la Heeler. El retriever la observó con duda, sin creerle del todo sus palabras.

—Algo te pasa. —Delató.

Bingo iba a negarlo y echarse a fingir, pero sus pensamientos eran tan intensos, que, tenía la necesidad de al menos decirlo, hablarlo, con alguien igual de cercano. Chucky la observaba con extrañeza, esperando escucharla y saber de una vez el motivo por la cual fue llamado.

Bingo suspiro.

—La verdad Chucky. Si. —Respondió con cierta tristeza- Sabes, estos últimos meses me eh perdido. —Chucky escuchaba atentamente— Me enamore, me lleve una decepción, me volví a enamorar y me lleve otra decepción, y no logro... Procesar como, diablos las eligieron a ellas.

—Supe lo de Banjo y Lila, y lamento mucho lo que sucedió, tuvo que ser difícil para ti. —Dijo.

—Ni te imaginas. Me llevo días, semanas, en tratar de procesarlo.

—Me lo imaginó. —Respondió con empatía.

—Y sabes, pensaba en hacer lo mismo con el otro, pero... Agh. —Empezó a negar con la cabeza, mientras su pecho era inundado por la culpa.

Chucky notó ese sentimiento tan angustiante que la tenían acorralada, y decidió ir preguntarle de poco a poco.

—Tranquila, tómate tu tiempo. —Dijo. El retriever empezaba a preocuparse por el estado de su amiga, pues, en sus ojos podía ver el dolor y la confusión colisionando dentro de ella. —¿Qué fue lo que sucedió?

—Siento que hice algo malo, pero... Tampoco puedo dejar de sentirme orgullosa y eso...

—Inhala Bingo. Relájate. —Pidió Chucky mientras hacía un gesto con ambas manos, en señal que inhale— ¿Qué fue lo que hiciste?

—Yo... Besé a alguien que no debía.

El retriever arqueo una ceja.

—¿A quién?

Bingo apretó los labios, y con algo de dificultad, respondió.

—A Jean Luc, el novio de mi hermana.

Chucky abrió los ojos y casi atónito, dijo.

—Esto... Parece telenovela mexicana. —Intento calmar el ambiente, o, mejor dicho, apaciguar los nervios.

Había sido un nuevo día, una nueva mañana. Un día común a lo que a mí respecta, o bueno, lo que se volvió común. No puedo dejar de sentir celos, envidia y enojo. Cada que camino por aquellos pasillos, que se vuelven infinitos ante mis ojos, puedo encontrarme a parejas en el camino. Personas alegres con su alma gemela disfrutando de sus presencias, entre ellos, Banjo y Lila.

Debo decir que, ya está superado. Ya acepté el hecho de que, quizás, el mundo vio necesario que mis sentimientos no sean correspondidos por Banjo y qué tan solo, me está preparando para mi verdadero amor... Es lo único que me ayuda a estar de pie y no perder las pocas esperanzas de tener a alguien de mi vida. Alguien que tal vez se sienta como yo, no lo sé...

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