Capitulo 39

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Las púas del cepillo se iban deslizando una y otra vez, con suavidad, por todo su pelaje anaranjado en un intento de obtener calma. Por el rabillo del ojo, podía visualizar aquel astro que iluminaba la noche y se asomaba por la ventana del baño.

Se tomo unos momentos para ver su rostro, todo fruncido por el enojo y agotada por el día. Sin más, dejó escapar un suspiro, rendida, dejando caer su semblante frente al espejo.

Abandonó el baño y camino por el estrecho pasillo que conectaba con las demás habitaciones. En el camino se encontró con su papá, quien yacía recostado en una cama vacía, su madre no estaba presente debido al turno tardío que la agarró por sorpresa; Debido a eso, Bandit descansaba, esperando para la media noche y poder ir a recoger a su esposa.

Bingo se perdió en él, apreciando cada recuerdo que ambos crearon y agradeciendo, una vez más, por ser su papá.

Aquel ceño fruncido desapareció de su rostro, y con más determinación, volvió a su habitación en penumbras por la luz de la luna, mientras el silencio era apaciguado por los pequeños chillidos de los insectos. Entre tanta oscuridad y poca luz, sus ojos reconocieron el bulto que sobresalía de la cama de su hermana.

—Escucha Bluey —Empezó hablar— Se que estás molesta por no ayudarte con lo de la fiesta, pero no me voy a retractar. —Hubo silencio de parte de su hermana— Yo te dije desde un inicio, y claramente, que era la última vez que te ayudaba con tus fugas a las fiestas. —Nuevamente, su hermana la dejaba hablando sola— Y no lo hago por ser mala, es porque lo que estás haciendo no es lo correcto. Tienes que entender Bluey...

Hubo silencio después de eso a excepción el sonido de los insectos. Bingo suspiró, decepcionada. Tomo asiento en el borde de la cama, arrugando las sábanas en el proceso y llevándose la iluminación de la luna en toda la cara.

—Aunque, yo tampoco eh hecho lo correcto... —Su cuerpo se tensa, pero decide continuar— Hay algo que hice, del que me arrepiento mucho, y no fue culpa de Jean Luc. Fue totalmente mía.

Nada, su hermana solo escuchaba.

—Yo... —Otro suspiro escapa, demostrando lo decepcionada que esta de sí misma— Sentí mucha envidia cuando supe la relación de ustedes y... —Agito la cabeza con suavidad— Eso me enojo, y mucho. No quiero sonar mal, pero... No entendía porque escogió a una persona que oculta demasiado, es extraño. Y veme aquí, cometiendo también errores sin pensarlo dos veces.

Sus ojos se desviaban al bulto por segundos. Bingo inhala hondo, tratando de encontrar la valentía dentro de sí.

—Y entre ellos, fue intentar quitarte a Jean Luc... —Su cuerpo no tardo en sentir la tensión en el ambiente— Yo tuve la idea tonta de poder enamorarlo con mis labios o mi cuerpo, que, cuando vi una cabina de fotos, no lo pensé más y... Lo bese...

Bingo ya podía percibir la rabia debajo de los mantos.

—Debo aclarar que yo lo acorrale y lo atrape en la cabina... No fue culpa suya, sino la mía. Perdón...

Nuevamente, no escuchaba nada, toda la habitación estaba helada y sumida en un completo silencio.

—Buenas noches Bluey. —Le deseó con vergüenza y tristeza mientras amagaba en si tocarla o no. Su teléfono volvió a vibrar, siendo un mensaje de lila quien preguntaba "¿Paso algo?" Bingo no duda en contestar, declarando los motivos por la que no acudirá, y de pronto, una pregunta de parte de su amiga hace que abra sus ojos y despegue las mantas de un solo tirón.

Bingo se percató que todo ese tiempo solo había estado hablando con un puñal de almohadas.

En las afueras de la ciudad, una casa, muy hermosa, destacaba y deslumbraba entre la espesura del bosque y la oscuridad que lo rodeaba. La música se abría paso entre los árboles, irrumpiendo el silencio y el descanso de la fauna.

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