Capitulo 13

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Bingo Heeler es distinta a su hermana, siendo alguien más organizada y tranquila. Es una persona muy alegre.

La diferencia entre su hermana y ella, no sería notoria, si no fuera por el cambio tan abrupto que tuvo Bluey al entrar en secundaria, quien era una en casa, y era otra en la secundaria.

Bingo se sentía agradecida con Jean Luc, pues la presencia del labrador en el campamento logro que una nueva versión de Bluey volviera. Ella lo noto con facilidad después de verlos convivir en el almuerzo y verlos bailar aquella noche, en la que se llevó consigo la imagen del labrador siendo iluminado por la luz de la luna. Es una imagen enriquecedora para ella, que no dudo en hacer pensar a su hermana y que se diera cuenta de una vez por todas el problema que la acompañaba hasta el campamento.

La Heeler continuo, por mucho tiempo, siendo alguien que seguía a su hermana, lo que le impidió un poco en el desarrollo de su creatividad o forma de idear soluciones para sus propios problemas, y entre una de ellas era el amor. Bingo era casi igual de distraída como su hermana, en algunos aspectos, y no fue hasta que notara el transcurso del tiempo en el que hayo algo nuevo que la volvía loca, la molestaba sin cesar. Repitiendo varias veces el nombre del joven que la estremecía con su voz y le aceleraba el corazón, era algo que la molestaba y curiosamente esa persona que la hacía sentir así fue aquel muchacho que, en un principio fue un bulling y ahora es su otro mejor amigo.

Banjo.

Bingo se encontraba en uno de los escalones que rodeaban la cancha de la secundaria, expectante ante los movimientos de su amigo y sintiendo algo de preocupación por él. A pesar que el placaje en el rugby no sea tan brusco como el futbol americano, ella siempre se preocupaba por cada caída que tenía Banjo. Le preocupaba que lo golpearan por intentar tomar el balón o lo aplastaran en una de las tantas aglomeraciones que se dan en el deporte. No fue hasta que vio a su amado lograr un ensayo, que en el juego es una zona en el que, si llegas a colocar el balón, el equipo obtiene 5 puntos.

—¡Bien hecho Banjo! —Exclamo, casi saltando de su asiento mientras su cola se agitaba con fuerza. Desde la cancha, Banjo le sonrió y la saludo con la mano antes de enfocarse en el resto del partido.

Desde la perspectiva de Bingo, ella pensaba o tenía la sospecha que no era la única con ese sentimiento, sentía que posiblemente Banjo también la deseaba, hasta que eso poco a poco se iba derrumbando pues quien se ponía en medio de los 2 era Lila, su mejor amiga.

La pregunta que le hiso Socks en el campamento la dejo pensando, y mucho, no había reconocido todavía los sentimientos hacia el chico y sobre todo el por qué envidiaba un poco a su amiga en esos momentos. No fue hasta el regreso a la secundaria que pudo sentir esos nervios al estar cerca de Banjo y el rubor que emergía por debajo de su pelaje. Eso dio un giro cuando observa las interacciones que tienen Lila y Banjo, cosa que no pasó desapercibida.

El partido había terminado y con una sonrisa plasmadas en sus rostros, ambos fueron acortando la distancia, hasta estar uno frente al otro

—Felicidades Banjo, un partido más ganado.

—Gracias Bingo, esta vez sí fue complicado —Respondió Banjo entre jadeos. Se tomó del brazo y ejerció algo de presión con sus manos- Ay, me duele el brazo.

Bingo tomo con suavidad el antebrazo de Banjo y con una tierna mirada, dijo.

—Vamos Banjo, a refrescarte y después a enfermería. —Empezaron a caminar

—No necesito ir a la enfermería, mi brazo se sanará.

—No Banjo, iremos a la enfermería. —Respondió Bingo con seriedad —Es por tu bien. —Banjo se rio un poco

—Ahora suenas como mamá —Comento.

—No debería, si tan solo te cuidaras más. Oye entiendo que te fascine el rugby, pero tampoco lo pongas encima de tu vida.

Banjo no pudo evitar sentirse agradecido con ella. Le sigue sorprendiendo como fue evolucionando su amistad a medida que pasaba el tiempo, y ella no cambiaba esa actitud que le parecía maravillosa, el perdonar y brindar; Lo perdono a pesar de haberla molestado en sus primeros días del preescolar; La verdad es que la inseguridad del perro lo había llevado a decir comentarios hirientes, tal vez como un mecanismo de defensa, y deseaba dejárselo claro a todos. No fue hasta que lo pusieron en su lugar y se alejaron de él, para su sorpresa, la misma chica anaranjada lo acompaño y le brindo su amistad.

—Gracias Bingo. La verdad, estoy muy agradecido contigo —Se le escapó de los labios. No era la primera vez que se lo decía, fue varias las ocasiones en el que simplemente se le escapaba las palabras.

Bingo sonrió mientras sentía la calidez en su pecho

—No es nada Banjo, siempre estaré para ti y para Lila.

Después de salir de la enfermería, la voz de su amiga se había hecho presente. Mucho más energética cuando se trata de sus mejores amigos, y se juntó con ellos mientras mantenía en sus manos 2 fundas que hacían notar a la vista su contenido. Unas cajas.

—Hola chicos —Hablo Lila, a la par que sus amigos correspondieron al saludo -, lamento no haberme presentado a tu partido, Banjo.

—No te preocupes.

—De acuerdo, aun así, ya sabía que iban a ganar así que me adelanté y traje un pequeño postre para cada uno —Le estiro una de las bolsas a Banjo-, para mi jugador estrella un éclair de chocolate y para mi amiga del alma, un Amaliyah -Le brindo la otra funda a su amiga, quien lo recibió con una sonrisa y abría la caja que contenía el postre.

—Gracias Lila —Dijo mientras tomaba la mora que estaba encima de todas las capas de aquel postre.

—No puedo creerlo, ¿son de Le bon choix? —Pregunto Banjo refiriéndose a una pastelería.

—Así es.

—Lila como te adoro, te debemos mucho. —Dijo Banjo con su cola agitada y tomando un buen bocado del postre— Gracias.

—Muchas gracias Lila —Hablo Bingo mientras partía a la mitad su postre

—No es nada chicos. Y tranquilos, coman ustedes —Dijo Lila, deteniendo a su amiga antes que le brindara la otra mitad

Los 3 entablaron una buena amistad. Lo curioso es que Banjo y Lila no supieran del otro si no fuera por Bingo, quien, con su actitud alegre y amigable, había logrado que ellos dos se llevaran bien, demasiado bien. Había días en las que Bingo los encontraba abrazados, paseando por los pasillos, riéndose de lo que sea que hablaban y de vez en cuando se tomaban las manos.

Bingo empezaba a sentirse mal al verlos así. Era una especie de sentimiento agridulce. Porque le gustaba verlos muy alegres, pero que, a la vez, deseaba que ella fuera quien estuviera en el lugar de Lila, deseando que los brazos de Banjo la acorralaran a ella. Ese día tampoco fue la excepción, pues el simple hecho de escuchar a lila decir "Mi jugador estrella" empezó a agobiarla. Su cabeza empezaba a molestar con falsas imágenes de sus mejores amigos juntos, abrasados o besándose. Fueron imágenes que la entristecían y frustraba, sobre todo si se trataba de Lila, una amiga muy especial que no deseaba perder. Lo mejor que pudo hacer fue tratar de ignorar esos sentimientos y forzar su sonrisa. Era medianamente novata al hacerlo, pero cumplía con su cometido, fingir ante los demás que no tenía ningún problema.

Aunque la duda aún permanecía en ella, escarbando en lo más profundo de su cabeza, dejándola barrada en un precipicio del que no podría escapar. Y esa cuestión es ¿Qué hará si sus mejores amigos llegaran a tener una relación?

--Palabras del autor--
Buenas, solo paso a aclarar una posible duda, y es sobre la numeración de los capítulos. Lo que pasó fue que eliminé el texto del capítulo 1 y lo reescribí por completo para convertirlo en un prólogo. Pasen a leerlo, puedo decir que es un capítulo completamente nuevo. Así que el capítulo 2 paso a ser el 1 y así con los demás.

Sin más que decir, espero que hayan disfrutado de la lectura

Y cuéntenmen. ¿Con quien shipearian a Bingo? ¿Como imaginan a Banjo?

CambiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora