Capitulo 37

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En mis manos yace una pequeña libreta que usaba el labrador. En ella, se encontraba varios de los nombres que mi mente recordaba y extrañaba por ver.

—¿Los globos son necesarios? O ¿Estarán demás? —Me preguntaba a mí misma mientras intentaba imaginar una imagen de las decoraciones. Mi concentración se vio interrumpida por la vibración de mi celular y por los pasos que se acercaban a la habitación.

Mi hermana, quien llevaba una sonrisa consigo, se adentró a la habitación y hecho su cuerpo, como un saco lleno, sobre el colchón.

—¿Volviste a cocinar? —Preguntó.

—Si. —Respondí con orgullo— Estoy aprendiendo hacer postre.

Bingo volteo a verme con temor.

—Ahora entiendo porque esta así.

—Que cruel...

Ella volvió a echarse en el colchón, dejando que sus músculos se relajen.

—¿Por qué tan alegre? —Pregunte al verla con esa sonrisa envidiable.

—Hoy fue un gran día. —Dijo mientras estiraba las extremidades.

La curiosidad empezaba a ser agobiante, no sé por qué. Su sonrisa era demasiado radiante, sin mencionar el meneo totalmente alocado de su cola.

—Deja el misterio y cuéntamelo todo.

Ella se incorporó en el colchón mientras me devolvía la mirada.

—Bueno ¿Recuerdas a la Sr. Sasha?

—Tu maestra de Biología.

—Esa misma. —Confirmo— Al parecer está trabajando en una labor para la investigación y el mantenimiento de algunas especies que se han encontrado en cautiverio.

—Aja. —Respondí con cierta confusión.

—Técnicamente son pasantías, y lo mejor de todo, es que entre tantos me eligió a mí junto con Jean Luc.

—¿Jean Luc? Entonces... ¿Estuvieron juntos todo este tiempo?

—Junto con otros alumnos más, pero sí.

—Pero... ¿Cómo fue eso? ¿Estaban los 2 reunidos y de pronto los llamaron? O ¿La profesora los llamo personalmente?

—Personalmente.

—Ya veo, entonces... Tu y Jean Luc estarán muy ocupados estas vacaciones.

—Yo lo estaré. Jean todavía no ha dado respuesta.

Un pequeño alivio calmo mis nervios.

—¿No ha dicho nada? —Pregunté.

—Todavía no, me imagino que es por algo de su empleo o que se yo. Deberías preguntárselo.

El celular volvió a sonar ante la falta de atención.

—Curioso, justo me está comentando sobre eso, y se ve muy entusiasmado. —Comenté una vez tomado el celular.

—Somos naturalistas Bluey, la fascinación por el planeta en el que vivimos es gigantesca.

—Así veo.

Mi hermana se volvió a echar en el colchón y yo volví a enfocar mi mirada en el celular. Pero había algo que se interponía en mi cabeza, solo una pequeña, diminuta, partícula, de duda del que no me puedo librar. Al principio me lo tome como un chiste, pero... Después me pareció curioso lo que dijo Ruby. Usar a mi hermana y a mi novio como una carnada, pero... exactamente porque a mi hermana. Bingo nunca han interactuado con ellas ¿Qué tendrían en contra?

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