La mañana despierta con rayos translúcidos que traspasaban el cristal de las ventanas. Rayos que atacaban con la mayor cantidad de calor, tal como oleadas tormentosas que azota el cuerpo de quienes se sumergen en él.
Curiosamente, y a pesar que aquellos rayos quemaban su piel, la Beagle permaneció con la mirada gacha y apoyada contra una de sus manos.
Las palabras que invaden el silencio del resto del salón pasan desapercibidas para sus agudas y frágiles orejas que se retorcieron cuando volvieron a escucharlo.
¡Riiiiiiiing!
El entusiasmo de los alumnos se elevó de inmediato. Apenas escucharon el sonar de la campana, estos no dudaron en guardar sus materiales dentro de sus mochilas. Risueños y con una sonrisa que cantaban victoria, fueron despegándose de sus asientos, listos para un buen fin de semana...
—Los cuadernos en mi escritorio antes que se me olvide. —En ese instante el cabello de algunos jóvenes se erizó y los escalofríos no se hicieron esperar. La esperanza se había perdido en ese instante.
Avergonzados y nerviosos, solo permanecieron observando como el resto de sus compañeros dejaban sus cuadernos sobre la mesa. Una pequeña ojeada hacia la maestra fue suficiente para darle entender la situación.
Esta suspira con cierta decepción.
—Ya saben cómo son las cosas. —Habló, obteniendo como respuesta un "si maestra" antes que los alumnos abandonaran el sitio.
Esta apoya la frente sobre su mano mientras vuelve a reorganizar su calendario con cierto fastidio. Deseaba que todos sus estudiantes fueran más responsables.
El respingar de una silla llama su atención, encontrándose con una Beagle más silenciosa... Más de lo normal.
—Honey. —La nombrada levanta la quijada.
—¿Si, maestra?
La adulta permanece estudiando aquella mirada neutral de la Beagle, mirada que era común, pero... Contrastaba mucho con los días anteriores.
—Tu tarea.
—¿Tarea?
La maestra arqueó la cabeza.
—Si... La consulta sobre las leyes termodinámicas... —La Beagle se estremece—¿La olvidaste?
Honey permaneció en silencio por unos cuantos segundos antes de bajar la mirada con mucha vergüenza.
—Si... Lo-lo siento.
El silencio se hace presente y contempla una escena extraña, una fuera de lo común. La atmosfera del salón se vuelve denso ante una situación extrañamente común.
La profesora quiere mantenerse incrédula ante lo que escucha, de hecho, se muestra escéptica.
—¿Realmente? —Pregunta.
—Realmente...
La maestra está tan acostumbrada a tener estos percances: alumnos en fuga, atrasos, falta de tareas y de participación en clases, y, aun así, queda desconcertada ante la alumna, quien cumplió con cada uno de esos percances en tan solo una semana.
—¿Qué es lo que sucede Honey? —Pregunta con preocupación— ¿Qué está pasando?
Honey siente la necesidad de dejar que las lágrimas abandonen sus ojos pero aprieta fuertemente sus manos, tal y como si deseara desgarrase una parte de su piel y preferir sentir el dolor físico más que el emocional que devoran su carne.
—Yo tampoco lo sé...
La Beagle frunce los labios, y antes de siquiera darle la oportunidad a su maestra de hablar, esta camina apresuradamente hacia la puerta. Entre respiraciones agitadas, un mal sentir que le produce un sabor amargo en la boca, siente la necesidad de salir corriendo de aquel lugar, la necesidad de escapar del edificio, de las personas, del mundo entero. Sentarse a llorar como una niña e intentar que el dolor que la agobia desaparezca... Pero parece ser eterno.
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Cambios
FanfictionEl cambio , es una transición física y mental que todos pasamos, vamos conociendo y explorando nuevos conceptos al punto de ver que, el mundo en el que vivimos, se expande con cada cosa que aprendemos. Reflexiones y pensamientos de nosotros mismos q...