CAPITULO 5♧

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                     FLASHBACK

Narrado por Luke

Miraba con detenimiento a Daila, sonreía felizmente al ver a mi padre, tal vez le daba alegría verlo después de meses que se separó de mi madre.

Hice mis maños puños al ver como mi padre miraba a Alissa, se aferro a su espalda mientras me miraba con burla y superioridad.

Mi corazón palpito con fuerza al imaginar lo que él podría hacer con su indefenso cuerpo, no, no podía permitir que él me la arrebatará.

Podía saber lo que pasaba en estos momentos por su cabeza enferma, tal vez imaginaba atarla a la cama mientras la follaba duro y sin piedad.

Trague saliva al pensar que ella lo gozaría, no, eso no iba a suceder yo no iba a permitir que él le hiciera lo que me había hecho a mí.

            FIN DEL FLASHBACK

¡Que me sueltes te he dicho Luke! —. Regrese a mi realidad al escuchar la voz de Daila

Me quede perplejo, solté poco a poco mi agarre y deje que huyera de mi.

Ella no lo dudo y salío rápidamente de la habitación ¿Por qué tuve que recordar? ¿Por qué siempre lo recuerdo a él? ¡Maldita sea!

Tome con fuerza mi cabeza mientras me dejaba caer al piso, unas finas lágrimas se hicieron presentes en mis ojos.

Daila era la única que aliviaba el dolor que sentía en mi pecho, el asco que él me provocaba, el miedo que se escondía a través de mi sonrisa malvada.

Necesitaba tenerla, estar dentro de ella, olvidarme de todo, tener mi diario y seguir escribiendo.

— ¡Daila, no te vayas no me dejes! —. Me levante de golpe al ver mi error, otra vez había escapado de mi

Comencé a golpear la puerta con fuerza, sentía una desesperación al no encontrar a Daila a mi lado, la necesitaba aún más que nunca, necesitaba sacar mis peores demonios con ella.

— ¡Eres una maldita egoísta! ¿Cómo puedes dejarme cuando más te necesito? —. Lágrimas salían de mis ojos con fuerza

Narrado por Alissa

Escuchaba como Luke gritaba desesperado, observé como dos guardias de seguridad se acercaban rápidamente a su habitación, otra vez un ataque de iría se apoderaba de él.

Escuche como nombraba a su hermana, como la maldecía y la odiaba, pero también escuchaba como necesitaba de ella e implorando por tenerla.

— ¡No, no, no otra vez no, no me seden más! —. Imploro

Mis ojos se llenaron de lágrimas, sentía pena y lastima por él, pero también terror y pánico a su lado, no me quiero ni imaginar lo que vivió su hermana a su lado.

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