LOS SECRETOS DE LUKE

CAPITULO 16

Narrado por Alissa.

Miraba con desprecio a Luke, estaba tallando mi cuerpo bajo la atenta mirada de él.

Morbosa, pesada, lividinosa, excitada y sobre todo deseosa.

— Me pone incomoda tu mirada perversa Luke —. Gire la cabeza evitandola

— Lo siento Daila pero no puedo dejar de admirar tu belleza exorbitante —. Adulo

— Tú no admiras mi belleza, tú solo imaginas la belleza de ella con la mía —. Respondí neutral

— Otra vez con lo mismo —. Suspiro con cansancio

— ¿Cuando vas a entender que tú eres Daila? —. Su agarre en la parte trasera de mi cuello me hizo girar de golpe

El agua se colaba entre mi boca y caía entre mis pestañas, el cabello de Luke comenzaba a mojarse junto con su ropa.

El agua caía por todo su rostro, pero eso no lo distraía para seguir en su labor de dominarme.

— Demuestrame tus ganas y te juro que me arriesgo una vez más por ti —. Pego su frente a la mía

— ¿Arriesgar? ¿Qué? ¿Qu3e arriesgas? —. Trate de salir de su agarre pero fue inútil

— Arriesgo mi orgullo y dignidad al saber que tú me vas a rechazar —. Ejerció más presión

— No me hagas reír Luke, tú no arriesgas nada porqué sabés que a la hora que sea me puedes tomar a la fuerza —. Hable con claridad

— La pregunta aquí es... ¿Por qué aún no lo has hecho? ¿Qué te detiene? —. Pregunte con curiosidad

Observé como una sonrisa irónica se dibujo en su rostro, soltó mi cuello de golpe provocando un dolor intenso.

Salió del baño sin decir una sola palabra más, me dejó ahí, con dudas y confundida.

¿Qué lo detenía? ¿Culpa? No, culpa definitivamente no era

(...)

Me encontraba sentada en la cama, observando el resplandor de la luna que se colaba por el ventanal.

— Como la envidio —. Gire rápidamente mi cabeza al escuchar la voz de Luke

— ¿A quien? —. Pregunte confundida

— A ella... —. Señaló a la luna

— ¿Por que? —. Me parecía absurdo pensar que él podía envidiar algo

— No seré la luz que ilumina tu camino —. Se acerco lentamente

— Pero si la sombra que te proteja en las noches más oscuras —. Tomo mi cuello con fuerza

— Preguntabas porqué no abusaba de ti, realmente me puse a pensar —. Lo mire con miedo

— Tienes razón, eres mía, puedo hacer de tu cuerpo lo que me plazca y no sabés cuanto gozare con tu dolor —. Me aventó a la cama