Unas horas más tarde -demasiado pronto para el gusto de Thomas- su alarma sonó y se levantó de la cama, de mal humor y todavía un tanto perturbado, pero decidido a ignorar a Tord. No iba a responder a las provocaciones. Tord probablemente querría provocarlo para que dijera o hiciera algo homofóbico, para darle una excusa a Yuu para deshacerse de él. Bueno, si ese fuera el caso, los dos iban a estar decepcionados.Acabando con su rutina de la mañana, Thomas se dirigió a la cocina, seducido por el aroma para salivar-la-boca de unas frituras.
Había esperado encontrar a Yuu junto a la estufa, pero era Tord.
Thomas se detuvo en la puerta por un momento antes de entrar en la cocina y tomar un asiento en la mesa. Miró al plato vacío delante de él.
—Buenos días —murmuró Tord, sonando divertido y demasiado animado para esta hora.
Thomas odiaba jodidamente a las personas mañaneras. No confiaba en ellas. Y parecía que Tord había decidido continuar lo que había empezado la noche anterior y seguir molestando sus nervios.
—Veo que eres particularmente encantador por la mañana—dijo Tord, llenando un plato para sí mismo.
Thomas simplemente lo fulminó con la mirada y agarró la taza de café de la mesa. Tomó un sorbo codicioso.
—Esa era la mía, en realidad.
Thomas hizo una pausa antes de tomar otro trago largo.
—Imbécil—dijo Tord.
Thomas se encogió de hombros.
—No conozco la palabra, pero lo mismo para ti —Levantó la mirada hacia el otro hombre y empujó el plato vacío hacia él.
Las cejas de Tord subieron.
—Tú no estás realmente esperando que yo te alimente, ¿verdad? —Su tono era tan incrédulo y molesto que Thomas casi se rió.
—Lo estoy —dijo, manteniendo una cara seria. No podía negar que disfrutaba sacar a este tipo de quicio—. Soy un hombre grande, y quemé una gran cantidad de calorías salvando tu culo gordo anoche.
—¿Perdón? —balbuceó Tord —. Mi culo no es —Se detuvo y sonrió con dulzura— Por qué... yo no sabía que notaste mi culo, Thomas. Cuidado, o la gente puede hacerse una idea equivocada, amigo.
Thomas apretó los dientes.
—Está enfrente de mí y es enorme. Difícil pasarlo por alto, amigo —Realmente era difícil pasarlo por alto; los pantalones de chándal gris delgados no dejaban nada a la imaginación. Thomas frunció el ceño antes de levantar la mirada—. ¿Estás seguro de que eres un modelo, con un culo gordo así?
La sonrisa de Tord se amplió.
—En realidad tengo un contrato con Calvin Klein. No parecen pensar que mi culo sea gordo.
—Raro —dijo Thomas, empujando su plato de nuevo—. Tengo hambre, date prisa.
—Increíble —dijo Tord—. Primero robas mi café y ahora demandas ser alimentado. Supongo que probablemente eras un deportista estereotipado que intimidaba a la gente para que hiciera lo que querías, pero estás un poco demasiado viejo para eso. Crece y aliméntate tú mismo.
—Haces un montón de suposiciones sobre de mí —dijo Thomas, dando al otro hombre una mirada curiosa. No es que Tord estuviera del todo equivocado, pero había algo en la forma en que lo había dicho que hacía a Thomas cuestionarse.
—¿Verdad? —dijo Tord, apoyando su cadera contra la mesa justo al lado de la silla de Thomas. Su camiseta se subió un poco, mostrando una visión de su tonificado y pálido estómago —. ¿Vas a negar que estás acostumbrado a dar órdenes a la gente? ¿Qué te enoja cuando no lo consigues a tu manera?