Tord nunca había estado tan completamente, totalmente furioso. Generalmente, era una mierda para enfurecerse y seguir furioso. Su hermana siempre se burlaba de él cuando se enfadaba, diciendo que se parecía a un cachorro tratando de parecer amenazador antes de olvidarse de ello y querer jugar.La fuerza de su propia ira lo tomó por sorpresa. No es que fuera difícil permanecer enojado cuando el motivo de su ira estaba alrededor casi todo el tiempo.
Acariciando a su gato, Tord miró airadamente a Thomas, que estaba descansando en el sofá delante de la televisión. Yuu le había confiado que los asesinatos no fueron la única razón por la que Thomas fue designado como guardaespaldas de Yuu, pero no aclaró más. A pesar de que Tord era curioso, no había preguntado. No era asunto de él. De cualquier manera, Yuu se vio obligado a trabajar desde casa por el momento. Tord había oído a Yuu y Thomas discutir sobre ello, cuando salía a recoger sus cosas y su gato -Yuu dijo que estaba bien que trayera a Hermione. No había tomado a Tord mucho tiempo para empacar sus cosas y volver al departamento de Yuu. Había considerado permanecer fuera por un tiempo para evitar a Thomas, pero si era honesto, se sentía un poco incómodo estando solo afuera después de lo que había sucedido.
Cuando algunos lunáticos habían comenzado a apuntar contra figuras prominentes LGBT hace unos meses, Tord había estado consternado y preocupado, por supuesto, pero en realidad no había tenido miedo por sí mismo. Los eventos de la otra noche finalmente lo habían hecho darse cuenta de que el peligro era muy real.
Así fue como Tord se encontró quedándose a pasar el rato en la casa de Yuu, prácticamente todo el día, sólo con Thomas por compañía. Bueno, Yuu estaba allí también, pero, como el director general de Industrias Yuu, Tan tenía una increíble cantidad de papeleo y pasaba la mayor parte del tiempo en su estudio al teléfono con sus empleados. Tord deseaba poder ir a trabajar también y quitarse de la cabeza las cosas desagradables, pero, con su suerte, estaba entre eventos. Había cumplido con la mayor parte de sus obligaciones contractuales durante la Semana de la Moda de Nueva York, y normalmente estaría encantado por el aplazamiento, pero no había nada normal en esta situación.
—¿Hay alguna razón por la que estés aquí? —dijo Thomas de repente.
—¿Hmm?
—No estás viendo la película —dijo Thomas, sin apartar los ojos del televisor—. ¿Por qué no te vas a tu habitación, a hacer yoga, pintarte las uñas, o algo así?
Dios, Tord jodidamente odiaba a este hombre.
—¿Qué sucedió con tu determinación a no actuar como un culo homofóbico?
Thomas giró la cabeza. Sus sillones estaban a unos cinco pies de distancia, pero de repente todo lo que Tord podía ver eran los ojos sorprendentemente vacíos y oscuros del otro hombre. Lo atravesaban cada vez. Un matón como Thomas no se suponía que tuviera unos ojos tan bonitos. Era raro y desesperante... y simplemente injusto.
—Yo no sabía que pintarse las uñas era algo homófobo —dijo Thomas.
—No te hagas el tonto —dijo Tord. Thomas sonrió.
—Pero yo soy un ruso tonto que necesita ser sermoneado y educado —dijo, su acento mucho más pesado de lo habitual.
—¡Argh! —Tord agarró una almohada decorativa y se la tiró a la cabeza. Hermione maulló, hundiendo sus garras en su pecho. Tord siseó de dolor—. ¡Joder!
Thomas se rio.
Tord le lanzó otra almohada, la cual, el culo, atrapó. Jodidos reflejos.
—Odio los estereotipos —dijo Tord—. Decirle a un hombre -gay o bi- que vaya a pintarse las uñas es bastante ignorante, por decir lo menos. Sí, hay hombres gays a los que les gusta pintar sus uñas, pero noticia de última hora: ¡hay hombres heterosexuales a los que les gusta también!