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POV CHAN

-Solo necesitaba algo de aire fresco, no podía dormir.- Le sonreí a medias.

-¿Puedo hacerte compañía?

Asentí y ella enseguida tomó asiento a mi lado, recargando su cabeza sobre mi hombro y abrazando sus rodillas. Nos quedamos así por unos instantes que me parecieron eternos. Si no fuera porque ella se comenzó a reír al robarme algo de mi postre, quizás no habría salido de mi ensañamiento.

-Hey...-Me quejé alejando el plato de mi postre.- Tu madre me lo hizo para mí. Ve a comer de tu pastel.

-Anda, sabes que amo el relleno.- Hizo ojos de perrito mojado, sabiendo que no podía resistirme. Una vez que rodé los ojos y volví a acercar mi plato ella volvió a meter el dedo  quedando ahora con la comisura de sus labios llena de crema. Se veía sumamente tentadora. Quería acercarme y besarla en ese mismo instante. Pero no me atrevía, no podía quitarle los ojos de encima.

-Tienes...- Comencé y ella me miró confundida.- Aish... espera.- Deje el plato a un costado, tomé sus mejillas y me acerqué a su rostro pasando suavemente la lengua por donde habían quedado restos de la crema.

Al separarme pude notar su terrible sonrojo, además de sus ojos abiertos como platos.

-Lo sie...- Cuando me fui a disculpar ella me interrumpió, pero no hablando, sino que sus labios suavemente se posaron sobre los míos. Sentí mi corazón estallar. Lara, mi mon chéri me estaba besando, ella lo había iniciado.

Cuando reaccioné ella estaba intentando apartarse, sin decir palabra la volví a tomar de la nuca y una de sus mejillas haciendo que el beso continuase, profundizando cada vez que nuestros labios aumentaban el nivel de sus movimientos. Al sentir la falta de aire nos separamos, pero no nos alejamos demasiado el uno del otro, aun manteníamos una distancia relativamente corta entre nuestros rostros.

-¿Ese era mi regalo?- Lara sonrió como si nada, pero mentalmente me desestabilizó.

-No...- Dije algo avergonzado.-En realidad tu regalo era otro, pero me dio vergüenza dártelo en frente de todos cuando te regalaron cosas más lujosas y elaboradas.- Tomé el libro y la rosa y se lo entregué.

La castaña no demoró mucho en abrir el paquete, sus ojos no paraban de brillar mientras sus manos le daban vueltas al libro sin creer que lo había conseguido.

-Chan, ¿como sabias que este era el libro que me faltaba para completar la colección?

-Recuerda... dormimos juntos y además conozco tus gustos.-Le sonreí timidamente.- Lamento que no sea lujoso, pero al menos me esforcé con la dedicatoria.- Señalé el libro algo avergonzado.

-¿Estas bromeando? Es el mejor regalo que me han hecho.- Me volvió a abrazar y por la euforia nuevamente me besó con mucho ímpetu.

-¿Así que nuestros regaños no eran tan buenos como nos dijiste que eran?- La voz de Han nos hizo sobresaltar y separarnos de golpe.

-¿Cuánto tiempo llevan allí?- Mire a Changbin acomodado en el sofá observando por la ventana con una sonrisa divertida.

-Desde que Lala salió...-Respondió con tranquilidad el morocho y rió.

-Si serán...- Murmuré entrecerrando los ojos y poniendome de pie- Ven, vayamos a dormir.- Le tendí la mano a Lara para que se levantase.

-Ay, por favor no hagan mucho ruido.- Suplicó Han siendo acompañado de la risa de Changbin y el sonrojo por parte nuestra.

-¡HAN JISUNG!- Exclamó la muchacha corriendo detrás de él hasta su habitación.

-Ya era hora amigo... Sigue con el plan.- Me palmeó el hombro el morocho antes de desaparecer en su propia habitación.

Desde la sala podía escuchar la guerra que tenían Han y Lara, suspiré divertido y me encaminé a la habitación que compartía con la chica de mis sueños. Decidí aprontarme para ir a dormir, ya que sabía que ellos dos iban a demorar su buen rato peleando como siempre. Una vez me aliste me metí en la cama mirando al techo e inconscientemente me llevé la mano a los labios, recordando los besos que nos habíamos dado. Parecía tan irreal todo esto, era demasiado perfecto. Cerré los ojos y me dejé llevar por el recuerdo de su rostro y el calor de su cuerpo.

Sentí como el colchón a mi lado se hundía, al girarme me encontré con la hermosisima imagen de la castaña sonriendome acostada boca abajo. Me aproxime a sus labios para así besarla, hasta que el sonido de mi alarma me hizo sobresaltar.

Me senté de golpe en la cama mirando confundido a todos lados, Lara se encontraba boca abajo apoyada en sus antebrazos viéndome por debajo de su cabello alborotado sin comprender mucho la situación.

-¿Qué te ocurrió? ¿Por qué despiertas así?- Su voz de dormida me hizo estremecer y caer en la realidad de que jamás la había besado y tampoco le había dado su regalo de cumpleaños, sino que luego de salir al balcón a respirar un poco me acobardé y no le di su regalo, ni tampoco confesé mis sentimientos. Todo había sido un maravilloso sueño.

-Tuve una pesadilla.- Mi voz sonó más ronca de lo normal, me dejé caer de espaldas en la cama tapando mis ojos con el antebrazo y volviendo a meterme bajo las cobijas.

-¿Quieres contarmela?- Me giré a verla y ahora se encontraba en la misma posición con los brazos bajo la almohada y mirándome con el rostro sobre la misma.

-Soñé que perdía los finales.- Inventé con vergüenza de lo que había ocurrido realmente.

-Pero eso no te puede hacer despertar así.- Cerró un poco sus ojos como pensando.

-Sabes que mis estudios me preocupan y mucho.

-De seguro me estas mintiendo.- Soltó luego de unos momentos de silencio.- Creo que lo que soñaste es que perdías la final del evento.- Se burló y comenzó a reír.

-No te burles de mi y de mis sueños.- La miré entrecerrando los ojos.- Sabes que ganar el evento también es importante para mí.

-Claro, porque es importante ganar para no perder la racha y por.los premios económicos que te dan.- Se siguió burlando imitando mi voz.

Simplemente no respondí y me abalancé sobre ella para hacerle cosquillas. Lara no dejaba de reír, alcanzó a ponerse boca arriba y yo terminé sobre ella continuando mi ataque.

-Pa...para por... favor.- Suplicó golpeandome en el pecho, ya que la tenia aprisionada con mis piernas a la altura de sus rodillas para que no me pateara mientras se retorcía por las cosquillas.

-Paro si te disculpas.- Le contesté algo agitado por el esfuerzo.

-No me voy a di... disculpar con un friki.- Soltó como pudo sosteniendo mi pecho.

-Ya basta.- Tomé sus brazos y los llevé a ambos lados de su cabeza, quedando a escasos centímetros de su rostro. Los dos nos miramos algo asombrados y conteniendo nuestra respiración por unos segundos. Ninguno se atrevía a moverse, pero si los ojos de ambos viajaban de los ojos a los labios del otro. Esto sí podía afirmar que era real. Por inercia me comencé a acercar a su rostro. Lara cerró los ojos esperando el roce de nuestros labios, pero desgraciadamente jamás llegó.

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