Sweatshirt (sudadera) +18

1

POV LARA

Mi gran error fue enamorarme del que siempre consideré mi mejor amigo, aunque también creo que todo se fue de mis manos cuando leí la primera historia de amor de mi vida ya que comencé a ver su comportamiento con otros ojos.

Los pongo en contexto, hace tres años inicié la universidad, me inscribí para estudiar artes en Seúl gracias a mis notas de excelencia total, me vi obligada a abandonar a mi familia en mi país natal, pero ellos siempre estuvieron orgullosos de mi, sin importar cuanto les afectara el tenerme lejos, porque todos sabíamos que era mi sueño y ellos no querían hacer otra cosa más que alentarme a perseguirlo. A pesar de que fue difícil para todos conseguí adaptarme y tener muy buenos amigos, además de haber entrado en un estudio de arte como aprendiz y así poder adquirir experiencia y también tener mi dinero, así mis padres se despreocuparían un poco de eso. 

Dentro de mi círculo de amigos se encontraban Han Jisung, mi confidente y cómplice de travesuras, un estudiante del área de baile y canto, que me sacaba fácil cabeza y media de altura, de cabello castaño y mejillas regordetas, sumamente adorables. Por otro lado estaba Changbin, al igual que Han estudiaba en el área de baile y canto, aunque disfrutaba más de la composición de las canciones, era apenas más alto que yo, pero con una espalda super ancha y no dudaba en jactarse de ello, era con quien siempre realizaba las bromas pesadas que sacaban de sus casillas a nuestro otro amigo, Chan, mi mejor amigo, igual de alto que Jisung, de cabello rubio rizado, era perfecto mirase por donde lo mirase, aunque solía ser el que nos sacaba de los problemas y luego nos daba el sermón de padre enojado, estudiaba junto con los otros dos, pero disfrutaba de ayudarme con mis estudios ya que según él así podía adquirir más habilidades sin tener que realizar otra carrera universitaria más. Ellos tres eran mis amigos más allegados, tanto que incluso han viajado conmigo a mi país natal y tratan a mi familia como su propia familia, al igual que sus familias me trataban a mi como una más de las suyas.

-¿Qué estás escribiendo?- Han se sentó a mi lado haciéndome sobresaltar y cerrando de golpe la laptop que tenía sobre las piernas. 

-¿Podrías ser un poco más ruidoso para caminar? Casi me matas del susto.- Me llevé la mano al pecho en un intento de calmar mi corazón que ahora se encontraba desquiciado. 

-¿Estás escondiéndome algo?- Intentó tomar mi laptop a lo que yo solamente lo miré fulminante y él levantó las manos con inocencia.- Bien, no irrumpiré en tu privacidad, a cambio de que me pases los apuntes de la clase de literatura, sabes que no he podido entender mucho.

-Entenderías más si prestases atención en lugar de dormir.- Suspiré sacando el cuaderno de mi mochila y poniéndolo en sus piernas.

-Pero es más lindo estudiar de tus apuntes, eres más clara que la profesora.- Me abrazó emocionado, siempre demostrando tanto cariño innecesario.

No es que yo sea una persona que no le guste demostrar cariño, por el contrario, me encanta, pero no es muy cómodo que tu amigo se la pase abrazándote cada que puede o tocándote a cada instante por cada mínima cosa que hagas.  

-Te los devolveré en casa, debo irme a clase.- Se despidió muy rápido para salir corriendo al edificio de la universidad. 

Suspiré negando con la cabeza, desde nuestro segundo año vivíamos los cuatro juntos, pero yo seguía sin acostumbrarme a ciertas manías y costumbres que tenían cada uno, por ejemplo la de Han de ser tan silencioso para caminar y a la vez tan ruidoso con cualquier otra actividad, o las de Changbin de enojarse y gritar, o mismo la de Chan de no dormir y vagar por la casa cuando todos los demás intentamos hacerlo. Aunque soy consciente de que yo también tengo mis manías y mis costumbres para muchas cosas, sé que para ellos no fue fácil adaptarse a vivir con una chica, pero fue una decisión unánime ya que a todos nos parecía la mejor forma de mantenernos unidos y salir adelante con esta vida que llevábamos en Seúl lejos de nuestras familias, formando así nuestra pequeña familia de hermanos, como nos hacíamos llamar.