Boris
Mis Rizos se adaptó muy rápido a volver a nuestro hogar. Nuestro hijo la adoraba, así que pasaba la mayoría del tiempo con él y le encantaba cocinar, así que disfrutaba de su deliciosa comida acompañada con su linda vista mientras se movía de un lado al otro.
- Prueba esta salsa-me dijo mientras me daba a comer un poco de su salsa con la cuchara.
- Está deliciosa-le dije mientras le arrebata la cuchara.
- Boris-me dijo con diversión.
- Me encanta tu comida-le dije mientras me levantaba del taburete.
- Creo que voy a hacer unas brochetas para la venta
- ¿Por? -ella me miro y después suspiro -. Digo. Me encanta tu comida, pero no entiendo por qué quieres venderla.
- Necesito dinero. Cuando volví ya no tenía mi empleo en el supermercado.
- ¿Quieres trabajar ahí? Creí que estabas bien cuidando a nuestro bebe.
- Me gusta y soy feliz, pero necesito el dinero-me dijo triste.
- Pero mis Rizos, yo me encargo de tus gastos, los de mi hijo y ayudo a tu hermano con la universidad, para que no te tensiones-le dije de forma suave. No entendía por qué quería trabajar y separarse de nuestro hijo.
Eso podría ocasionarle que su cuerpo se agotara y volviera a caer en la depresión. Tenía tanto miedo de que ella volviera a pasar por eso.
- ¿Ayudas a mi hermano? -preguntó con asombro.
- Lo ayudo-le aseguré.
- ¿Desde cuándo? -preguntó con desconcierto.
- Hace 5 meses-le aseguré.
- ¿Cómo? -me dijo sin creerme.
- Él te llamo y se notaba preocupado, le pregunté que pasaba y me dijo que tenía algunos inconvenientes para poder comprar unos libros. Así que le envié el dinero y a partir de ahí le envió algo mensual para que no pase necesidades.
- Gracias-me dijo con emoción.
- No tienes porque tú y tu familia son mi responsabilidad también.
- Eres muy lindo-me dijo con una sonrisa y después me dio un suave beso -. Pero igual necesito el dinero.
- Tus gastos los cubro yo. Tienes una cuenta que por cierto no utilizas-le reclame.
- No es eso-me dijo de forma suave.
- ¿Entonces? -le pregunté sin entender su punto.
- Es que...
- Dime - le dije alentándola para que hablara.
- Cometí un error estúpido y Leilani me salvo, así que le debo mucho dinero-me dijo con remordimiento.
- Esa cuenta ya está saldada.
- ¿Qué? -me preguntó con angustia.
- El dinero que te robo la escoria de Pasha. No te preocupes por eso ya se lo pagué a la luna-le aseguré. Me había enterado de eso hace cinco meses y ya había solucionado todo para evitar que ella se siguiera preocupando.
Cuando me di cuenta de los cambios de Ania en su comportamiento. Empecé a investigar que la podía alterar o preocupar y me terminé por enterar lo que la escoria de Pasha le había hecho. Por suerte el alfa se encargó personalmente de ese tipo o de lo contrario no me hubiera importado perder mi puesto por deshacerme de una rata como esa.
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La traición del beta
WerewolfAnia Ivanov soñaba con encontrar su compañero y vivir una vida tranquila en su región natal en Anádyr, no soñaba que fuera un omega de nivel superior, ni mucho menos un lobo de alto rango, ella solo quería a su compañero que la amará y acompañará en...