Ania
Boris me había engañado y no con cualquier loba de la manada, sino que fue con la odiosa de Camil. Los primeros días Boris intento hablarme y que lo escuchara. Según él, no entendía lo que le había pasado. Yo no lo quería escuchar, así que le pedí mi espacio y por suerte él me lo cedió.
— Boris — le dije cuando me lo encontré cerca de la casa. Un omega me había dicho que me necesitaban en ese lugar, pero no me imagine que fuera él.
— Rizos — me dijo con emoción cuando me vio —. Me querías ver — dijo de forma animada.
— Yo no te quería ver — le aseguré de forma molesta.
— Pero me dijeron que me necesitaban para decirme algo urgente.
— Yo no fui — le aseguré.
— ¿Entonces?
— Fui yo — aseguro la odiosa de Camil y yo solo la miré mal mientras me empezaba a retirar — No te vayas esto también te concierne a ti.
— No entiendo su punto, Camil — le dijo Boris con enojo.
— Estoy embarazada y es tuyo — dijo con su estúpida sonrisa y Boris solo se quedó de piedra.
Sentí como algo dentro de mí se presionaba con fuerza y las lágrimas se hacían inevitables y lo poco que había construido con él se empezaba a derrumbar.
— Mis Rizos, por favor no llores, yo te juro que no sé qué me paso. Por favor escúchame — me suplico Boris con pánico y miedo.
— No le ruegues Boris. Ella tiene que acostumbrarse a que ahora tendrás otro bebé — le dijo la odiosa de Camil mirándome con superioridad.
— Cállese
— No seas grosero. Ahora soy la madre de tu lobezno.
Boris intentaba acercarse a mí y yo lo esquivaba, mientras que Camil solo nos miraba con superioridad y burla.
— ¿Cómo pudiste? — le dije con dolor en medio de mi llanto.
— Lo siento rizos — me dijo con derrota y arrepentimiento, intentándose acercar a mí.
Esteban, el hermano de Leilani se hizo presente en la escena y yo solo me acerque a él, intentando buscar la protección y fuerza de la cual carecía en estos momentos. Él permaneció quieto y yo me aferré a su espalda llorando intentando encontrar las fuerzas para no derrumbarme en estos momentos.
— La embarazaste — le dije con dolor.
— No quería, yo te juro que ese día no sé qué paso conmigo — me dijo Boris intentándose acercar a mí. Pero Esteban se lo impedía. Agradecía su protección, pues con ellos me sentía segura y aceptada, eran como familia para mí.
— Deja el drama, es normal que los altos mandos tengas más de dos mujeres e hijos de varias — menciono Camil con burla.
— Te odio — le dije con rabia y ella me miro con molestia.
— A mí no me hables así, que tú eres una don nadie, una simple omega pobretona — me respondió con veneno.
— Ya basta Camil — le dijo Boris con rabia.
— Dile, que no la quieres, porque es una don nadie — le dijo Camil de forma cizañera y Boris solo contrajo su quijada mientras presionaba sus puños.
— Ania no es una don nadie es una mujer excepcional con una linda familia — respondió Esteban con seguridad y Camil lo miro con desconcierto.
Me aferré a su espalda ocultando mi rostro en ella mientras lloraba con desconsuelo y después sentí como Esteban flexionaba sus brazos mientras empujaba a alguien. Cuando volteé a mirar me di cuenta de que Boris había salido disparado y termino por caer contra un árbol haciendo un fuerte sonido. Esteban sí que tenía fuerza, pues Boris era alguien pesado.
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La traición del beta
LobisomemAnia Ivanov soñaba con encontrar su compañero y vivir una vida tranquila en su región natal en Anádyr, no soñaba que fuera un omega de nivel superior, ni mucho menos un lobo de alto rango, ella solo quería a su compañero que la amará y acompañará en...