Capítulo 8

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No olviden que este capítulo está conectado con el capítulo 3.14 del Alfa Sombrío.

*****

Boris

Al no estar el Alfa en el territorio, mis tareas en la manada aumentaban. Mi tiempo era escaso y solo estaba llegando a casa en horas de la madrugada, dormía un poco y salía antes del amanecer.

La discusión con Ania seguía en mi cabeza y todo empeoro cuando llegue a la casa y ella había dejado nuestra habitación. Al parecer se negaba a dormir conmigo y termino por instalarse en otra de las habitaciones de la casa.

— "¿Por qué el olor de mi compañera se siente menos?" – me preguntó Polo, aprovechando que nos encontrábamos recorriendo el territorio.

— "Ania, no está durmiendo con nosotros"

— ¿Por? – me preguntó sin entender.

— ¿Está molesta conmigo, porque Camil se está quedando en la casa?

— ¿Camil?

— La loba Kelly – le aseguré, pues Polo solo reconocía los nombres de los lobos.

— ¿La Omega Kelly? ¿La que está detrás del Alfa?

— Sí, ella.

— ¿No entiendo por qué está enojada?

— Cree que tengo algo con ella.

— Nuestra compañera no tiene por qué estar molesta por eso. Ella es nuestra compañera – dijo intranquilo.

— Voy a arreglar todo – le aseguré para que se tranquilizara.

— De razón, Miel no me ha vuelto hablar - dijo preocupado mientras cortaba la comunicación.

Terminé de recorrer el territorio y volví a mi forma humana, para volver a mi casa.

— Hola, Boris – me saludo Camil con una sonrisa.

— Hola, Camil – la saludé mientras avanzaba al interior de mi casa.

— Vamos a ir a comprar algunas cosas con Ania y Anastasia. Sigo sin encontrar mis documentos. Así que no sé si me podrías volver a prestar dinero.

— Está bien – le dije, alegrándome de que Anastasia salía más de su encierro.

— Gracias – dijo dándome un abrazo.

Camil termino por ir por su bolso y Anastasia. Avance hacia la cocina donde mi mamá se encontraba en la cocina cortando una verdura muy animada.

— Anastasia, salió con Camil – le dije sentándome junto a ella y solicitando un vaso de agua.

— Sí – me dijo ella con emoción —. Esa muchacha le ha hecho tanto bien a mi hija, que me alegro de que la invitaras a quedarse con nosotros.

— Camil, volverá a la mansión cuando el Alfa vuelva – le asegure.

— Puedes hablar con ella – me solicito.

— Ania no está feliz con ella aquí – le aseguré.

— Hable con Ania y me aseguro que no le importa si estás con otra loba.

— ¿Cuándo te dijo eso? - le pregunté dejando mi vaso en la encimera.

— Hace una semana – me aseguro.

— El tiempo que lleva enojada conmigo – le dije pensativo.

— A veces nuestras compañeras no son lo que nos conviene – me dijo en tono sugerente.

La traición del betaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora