Capítulo 12

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Ania

Boris en serio se estaba esforzando. Desde que se enteró de lo de mi incidente, vivía más pendiente de mí. Como Garald me llevaba en su lomo para ir al siguiente punto. Boris se la pasaba de la cabecera hacia la parte de en medio que era donde íbamos nosotros.

Garald termino por tomar una curva de forma muy rápida, lo que termino por estabilizarlo, así que grité de la impresión y me sostuve de forma fuerte de su pelaje, mientras que él se recuperaba.

— Cuidado Omega. — lo reprendió la voz de Boris, pero en tono más agudo.

El lobo terminó por avanzar hacia nosotros mientras me miraba con preocupación a mí y molestia a Garald.

— ¿Estás bien Rizos? – me preguntó la voz de Boris en tono preocupado.

— Sí, solo fue un movimiento leve. — Le aseguré con una sonrisa.

Boris siguió a mi lado, mientras que intentaba despejarle el camino a Gerald para evitar que se encontrara con obstáculos.

— Tu lobo tiene una voz muy linda. — le dije con una sonrisa, cuando volvió a nuestro lado.

— Gracias. — volvió a decir la voz aguda del lobo de Boris.

— Me volvió hablar – le dije con emoción, sin poder creer que me hablara.

— No le gusta mucho, pero está preocupado por ti y nuestro lobezno. — me dijo Boris mientras continuaba a nuestro lado.

— Qué lindo. — le dije con mucha emoción. Pero entonces el lobo de Boris gruño con fuerza y Boris solo resoplo.

— No digas eso – dijo Boris, divertido y su lobo volvió a gruñir —. A Polo le gusta que le digan temerario o rudo, pero nunca lindo. — me aseguro con diversión.

— Lo siento. — le dije con disculpa, pues Polo me había hablado y yo lo había arruinado.

— No le hagas caso, ya se le pasará. — me dijo Boris restándole importancia al asunto.

— Beta. — rugió la voz del alfa por todo el boque.

— Voy. — le aseguro Boris mientras tomaba impulso para tomar la delantera y alcanzarlo.

— Ya vuelvo rizos —me aseguro antes de irse.

— Sí. — le dije con una sonrisa mientras me despedía de él.

El recorrido terminó y Boris termino por transformarse en humano y ayudarme a bajar del lomo de Garald Yo terminé por darle las gracias y seguir a Gerald para ayudarlo armar nuestra carpa.

— En dos días es el aniversario de la muerte de mi esposa y mi hija – me dijo Garald comunicándose por señas.

— Entiendo. — le dije mientras organizaba los puntos de apoyo de la carpa. — No te preocupes, encontraré quien me lleve. Muchas gracias – le dije a él.

Gerald terminó por asentir y terminar de armar la carpa, mientras continuaba con su semblante melancólico y triste. La guerra lo había golpeado de forma tan dura quitándole a las dos personas que más amaba en este mundo.

— Hola, Rizos. — termino por saldarme Boris después de mi baño matutino, donde deje a Leilani en su carpa.

— Hola, Boris. — le dije mientras seguía mi camino.

— Garald, se fue así que considere que podría quedarme esta noche contigo, para asegurarme de que estés bien.

— Estamos bien, no te preocupes. Además, no es justo que dejes tu cómoda carpa.

La traición del betaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora