Capítulo 6

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Boris

La ceremonia de florecimiento y transformación, la región de Ulán-Udé, se estaba llevando como todos los años. El Alfa solo en encontrada aquí porque la luna se lo había solicitado y ella lo disfrutaba mucho.

Yo por mi parte terminé por asistir con Ania, pero me arrepentí en el momento que vi a Camil en el lugar, no la veía hace 2 años, pero lucia hermosa y radiante. Ella terminó por darme una sonrisa y abrazo.

— Beta – me dijo ella feliz.

— Tú puedes decirme Boris – le dije mientras la tomaba de forma suave de la cintura.

— Lo tendré en cuenta.

Terminamos por asistir a todos los eventos y después de la feria salimos a divertirnos un rato donde terminamos perdiendo la conciencia hasta la madrugada, que llegue a mi habitación y Ania ya estaba dormida, se había ido sin decirme nada después de que entramos a la cascada.

— Anoche, te fuiste – le dije mientras me levantaba y sentía el estómago revuelto de tanto licor.

— Lo hice – me aseguro mientras terminaba por recogerse el pelo —. Aunque no creo que mi ausencia no le afecto.

— ¿Por qué no me dijo que se iba? – le asegure mientras tomaba mi toalla para bañarme —. Te busqué y solo vi tu espalada.

— No tenía caso quedarme, tenía sueño y no sé nadar.

— ¿No sabes nadar? – le pregunté con asombro.

— No lo sé – dijo molesta mientras salía de la habitación.

No sabía qué le pasaba últimamente, pero estaba más irritable y molesta de la norma. Ya hasta me respondía cuando se molestaba y eso me desconcertaba porque mis rizos no era así.

Terminamos por subir la montaña para llegar a los Ala Delta, donde ayude a Camil, pues se sentía nerviosa de hacerlo sola. Todo empeoro cuando llegamos al suelo y la Luna se desmayó.

— LEILANI – grito el Alfa mientras la tomaba en brazos —. UN SANADOR RÁPIDO.

— CORRAN, ELLA NECESITA AIRE – siguió gritando.

— DONDE ESTÁ EL MALDITO SANADOR.

— Aquí Alfa, voy a revisarla – dijo un muchacho con miedo.

Por suerte tenían unos paramédicos pendientes de todos y terminaron por pasarle un algodón con alcohol que termino por hacerla reaccionar. Así que terminamos por ir al evento de florecimiento.

— Damien no quiso venir – dijo Camil llegando a nuestro lado con tristesa.

— Está preocupado por la luna – le dije mientras la abrazaba.

— No era para tanto – me dijo ella con tristeza.

— Leilani, se desmayó, claro que era para preocuparse – soltó Ania.

— Pero está bien. Además de que fue la única que se desmayó por lanzarse de esos Ala Delta, hasta tú lo pudiste hacer.

— ¿Yo? – le preguntó con desconcierto.

— Sí, tu una omega inferior.

— Camil – la reprendió Benedikt

- Lo siento, pero ella es una Omega inferior.

— Yo mejor me voy – Ania termino por irse, mientras los hermanos Vasiliev, reprendían a Camil.

— Lo siento – les dijo suave y después le dio una tierna sonrisa que ellos terminaron por aceptar.

La traición del betaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora