Epílogo

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Cuando desperté Boris me tenía rodeada en sus brazos y su calor y olor era embriagante, por lo que me costó levantarme, pero lo termine haciendo mientras lo movía para que se despertara y saliera antes de que Alexi se despertara.

— Boris — lo llamé mientras tomaba mi toalla.

— 5 minutos más — me dijo adormilado.

— Me voy a bañar y cuando salga no tienes que estar aquí. No quiero que Alexio te vea y malinterprete todo.

Terminé por entrar al baño y empezarme a enjabonar sintiendo como mi cuerpo era más ligero y tenía algunas partes adoloridas, así que me empecé a enjabonar sintiéndome feliz. Hasta que sentí la presencia de Boris a mis espaldas tomándome por sorpresa.

— Boris — lo reprendí.

— Alexio sigue dormido — dijo sobre mis hombros y arrinconándome contra la pared.

Boris terminó por presionar su cuerpo contra el mío, donde podía sentir la presión de su cuerpo y como su virilidad se sentía fuerte, grande y dura, por lo que termino por acomodarlo en medio de mis piernas y rozando de forma suave, por lo que solté un fuerte gemido mientras apoyaba mis manos en la pared del baño.

— Que sea rápido — le dije en medio de mis gemidos.

Boris no me respondió y termino por entrar lentamente en mi interior para después tomarme de las caderas e inclinarme un poco para facilitar el acceso. Boris empezó a bombear de forma rápida y después me tomo de los pechos mientras dejaba besos en mi marca, mientras masajeaba mis senos con sus manos y me acercaba más a él.

— Te amo. Por siempre serás mis rizos y el amor de mi vida — me dijo en susurro suave mientras bajaba su mano por mi vientre y después empezó a bajarla hacia mis piernas donde empezó a realizar un delicioso masaje que completaba la rudeza de sus penetraciones.

Termine por buscar mi liberación volteando mi rostro y tomando a Boris de su nuca para acercarlo a mí y besarlo con intensidad mientras me desmoronaba en sus brazos y él terminaba por descargarse en mi interior mientras correspondía la intensidad de mi beso.

Boris terminó dejando suaves besos en mi espalda y después enjabonándome el cabello mientras procedía con un masaje en mi cuero cabelludo. Terminamos de bañarnos y vestirnos, para salir al corredor, donde un adormilado Alexi con su cobijita arrastrando por el piso y sobándose los ojos nos miraba para después abrir sus ojos con emoción e ilusión.

— Mami, papi — nos saludó feliz — ¿Están juntos cómo los papás de Sarka?

— No — le dije rápido mientras lo alzaba — la ducha se dañó y papá la estaba reparando — le dije y él me miro con desilusión.

Termine por llevar a mi hijo a la cocina y le hice indicaciones a Boris para que se fuera y él solo me miro con una sonrisa traviesa, al ser descubiertos por nuestro hijo.

Aliste a los niños y termine por salir con ellos, pues el día de hoy Leilani estaba terminado de organizar los preparativos de los 3 años de Zarka donde el lila rodeaba la manada. Cuando salí al porche, una jovencita de 20 años esperaba con sus diminutos shorts.

— Buenos días — me saludo, apenas me vio.

— Buenos días. ¿Necesitas algo? — le pregunté ante su visita.

— Si al Beta — me aseguro con una sonrisa.

— Boris — dije con asombro.

— Dime — me aseguro Boris saliendo del lado de su casa.

— Te buscan — le dije señalando a la chica.

— Hola Karla — la saludo mientras tomaba a Tasya y dejaba un beso en mi coronilla, para despelucar a Alexio quien venía tomado de mi mano.

La traición del betaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora