Capítulo 19

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Perdón la demora, pero tenia mucho trabajo, así que estoy intentando terminarlos pronto, para poder cumplirles.

Espero que lo disfruten .

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Bailar con Boris me encantaba, pues sus movimientos eran suaves y delicados, guiándome de manera sutil. Me gustaba mucho el cambio que había tenido estos últimos meses y como se mostraba más atento conmigo y feliz con nuestro lobezno. Sin contar que me defendía de su familia.

— Me dejas descansar un momento — le dije en tono suave — nunca he bailado tanto en mi vida y tengo sed — le dije con una sonrisa.

— Espérame aquí — me dijo corriendo mi silla y guiándome para que me sentara — te traeré un jugo — me aseguro mientras me ayudaba a sentar y dejaba un suave beso en mis labios.

Boris terminó por irse y yo solo me agaché un poco para soltarme las hebillas de mis tacones y quitármelos, había sido una mala idea venir con ellos, pero en su momento me sentí bien con ellos. Mis pies se habían hinchado, así que empecé a realizarme un pequeño masaje.

— Vaya, creí que tu horrible olor, era producto de mi imaginación — me dijo la reconocible voz de Sofía y la causante principal de que abandonara mi región.

— Sofía — le dije con asombro y ella me miro con altivez.

— Cuidado con las confianzas desertora. No olvides que yo soy una omega de nivel superior y tú eres insignificante. Es más, no sé por qué estás viva si te hacía muerta con lo débil que eres — me dijo con prepotencia.

— Veo que no te has enterado de muchas cosas — le dije con seguridad mientras la detallaba.

— ¿Cosas? — me dijo confundida —. En fin, no me importa — me dijo con desinterés.

— Hija — le dijo su papá en tono duro, llegando a su lado y saludándola.

Era uno de los omegas principales de la región, razón por la cual tenía poder y dinero. Era precisamente de eso que su hija se aprovechaba para sentirse intocable.

— Papá — le dijo ella en tono confundido.

— Veo que estás hablando con la consorte del Beta — le dijo su papá mientras me saludaba con una sonrisa y asentimiento de cabeza.

— ¿Qué? — le dijo Sofía confundida y con asombro.

— Buenas noches — me termino por saludar él en tono educado.

— Buenas noches — le dije en tono cortes.

— ¿Tú? — me dijo Sofía confundida mientras me miraba con asombro.

— Cuidado como le hablas hijas, recuerda que su rango es superior — le dijo en tono apenado —. Me disculpo por eso, pero mi hija se encontraba fuera de la manada y no se enteró de los últimos acontecimientos.

— ¿Fuera? — le pregunté, pues no tenía ni idea que ella se había ido de la región.

— Sí, una noche llego dolida porque no encontraba a su compañero, así que le propuse que se fuera para que se despejara — termino por explicarme.

— Lo entiendo — le dije mientras los seguía mirando.

Que ellos estuvieran aquí y me miraran como si nada, me generaba incomodidad. Es que acaso se habían olvidado de lo groseros que habían sido conmigo. Hasta el papá y la mamá de Sofía, me miraban mal y siempre tenían dudas sobre que robaba. Pues cuando me mandaban a limpiar su casa, ellos me vigilaban constantemente.

La traición del betaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora