- 𝙚𝙧𝙤𝙩𝙞𝙨𝙢𝙤; 𝘩𝘢𝘯𝘬𝘪𝘴𝘢 ⊰

capítulo tres

capítulo tres:
secret

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la biblioteca era un lugar muy diverso, gente que estudia para sus exámenes, gente que duerme, algunos van a pasar el tiempo solos en sus largos espacios de receso y otros van a besarse a escondidas y quien sabe qué más hacen. kisaki es de las personas que va a la biblioteca a estudiar y que está harto del sonido de la universidad. leía atentamente, anotando en su cuaderno lo más importante. sintió una presencia conocida y se giró.

kokonoi - ¿estás bien?

kisaki - ¿por qué preguntas?

kokonoi - porque viniste a la biblioteca. siempre que lo haces es porque no estás bien.

kisaki - estoy bien, sólo aburrido de los exámenes.

kokonoi - mientes, ¿pasó algo?

kisaki - no, en serio.

kokonoi - ¿quieres ir a una fiesta? para que te relajes un poco, estudias todo el día.

kisaki - ¿para que me dejes solo de nuevo? no gracias.

kokonoi - lo siento, kisa. te juro que esta vez no pasará. akane no puede ir a fiestas porque está ocupada estudiando. no te dejaré solo.

kisaki - ¿va mucha gente?

kokonoi - menos que la fiesta anterior.

kisaki - iré, pero si me dejas solo me voy.

kokonoi - bien, está bien. te lo prometo por akane.

kisaki aceptó. los días pasaron lentos, pero ya era viernes y colocaba su ropa de fiesta, no tan aburrida como la de siempre, piensa él. iría de negro, por si a hakkai se le ocurre botar otro vaso con trago encima suyo. colocó su perfume y salió de su casa. como siempre, avisó a su amigo que estaba por llegar. esperó unos minutos, desde lejos vio a su amigo.

kisaki - apestas a cigarro.

kokonoi - ¿vas a querer?

kisaki - no fumo.

kokonoi - sólo espero que no te sientas mal como la otra vez, en serio lo siento.

kisaki - no te preocupes.

llegaron a su casa, habían pocas personas y una música en volumen decente, tal como le habían prometido. reconoció una figura dentro de todas las personas, mirando hacia otro lado, saludó incómodo. ignorando a las personas reunidas, pasó la fiesta junto con kokonoi. a decir verdad, era como si ellos dos estuvieran solos, por lo que apreciaba su acto.

kokonoi - ¿te molesta si voy a calentar lo que queda de comida?

kisaki - ve, pero no te demores.

kokonoi le sonrió. se levantó a buscar algún trago y comida, aprovechando que nadie estaba ahí. su misión era pasar desapercibido, como si no estuviera ahí.