7

120 19 2
                                    

Cuando la culpa te consume, dejas de comer como solías hacerlo, de dormir, de sonreír, basta solo un pensamiento para que tus manos vayan a frotar tu cabeza o morder tus uñas con ansiedad

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Cuando la culpa te consume, dejas de comer como solías hacerlo, de dormir, de sonreír, basta solo un pensamiento para que tus manos vayan a frotar tu cabeza o morder tus uñas con ansiedad.

Pero ahora, la culpa que tenía el rubio era diferente, sus manos manchadas de aquel líquido carmesí le hacía querer escapar de aquel lugar.

Pronto, las sirenas se escucharían y el agua de aquellas nubes grises comenzaría a caer.

Pero, volvamos unos días antes

—¿Gustabo?

Sus ojos se abrieron de golpe, fijando la vista hacia el superintendente frente a él.

—Conway...¿Que hace aquí?

Un bufido se escuchó antes de sentir como era tomado de la cintura.

—¿eres idiota Gustabin? Estás dormido en mi puta comisaria

La sonrisa del menor se hizo presente, asintiendo cuando pequeños recuerdos antes de dormir pasaban por su mente.

—cierto papu...—se detuvo mientras se levantaba y comenzaba a caminar hacia la salida.—por cierto, súper.—habló con un poco de timidez

—habla rápido Gustabo, me están esperando para una reunión importante.—hablaba mientras se movía entre su escritorio, buscando algunos papeles que parecían ser importantes.

—¿hay alguna mafia nueva? ¿Buscas la pista de alguna?

Su tono parecía ser de preocupación, cosa que alarmó al mayor.

—¿porqué preguntas?

Las manos del rubio fueron a dar a su cabello, pensando en una respuesta rápida mientras observaba cómo el moreno se acercaba a él.

—Horacio me habló de una nueva mafia que llegó hace unas semanas... y yo...

—nada te va a pasar Gustabo.—le detuvo mientras posaba sus manos en la cintura de este y comenzaba a hablarle más suave.—no dejaré que nadie te lastime, yo se que al estar aquí en comisaría sin ser policía te pueden conectar con alguno de nosotros y hacerte daño, pero te prometo que no saldrás lastimado.

El menor asintió no muy convencido, besando la mejilla del moreno antes de salir de aquella oficina y caminar a paso lento a la oficina del comisario ruso.

Sus pintas eran diferentes ese día, pantalón de mezclilla clara, tenis negros y sudadera negra holgada.

Sus ojos parecían estar mas brillosos de lo usual con pequeñas ojeras rojas a falta del sueño de aquella noche qué pasó recordando cuando estaba él.

—Gustabo

Su mirada cambió hacia donde la voz le había hablado, sonriendo un poco antes de entrar por completo y cerrar la puerta.

Codicia -Gustabowl Donde viven las historias. Descúbrelo ahora