Aquel deseo voraz de obtener cada cosa que se le cruzará por la mente, sonriendo burlón mientras otro nombre era tachado en aquella lista.
En aquel y otro universo, el mismo rubio avaricioso solo tenía una cosa en mente
El poder
Y aquel único amor...
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La oscuridad comenzaba a sentirse cerca, sus ojos tratando de ver siquiera un pequeño rastro de luz, su respiración agitada dando a entender la ansiedad de estar solo en aquel cuarto oscuro.
Gustabo permanecía sentado en su cama, con el gato naranja entre sus manos, su mejor amigo le había dejado solo cuando pasó aquello y eso había sido hace dos días atrás.
Se sentía distinto, dejándose llevar por los pensamientos de aquel día
-prometiste que me enseñarías a trabajar como tú
El mayor solo le observó por un momento antes de suspirar y tomar la mejilla rosada del menor
-Me da miedo que alguien te lastime pequeño, no podría soportar que por mi culpa te suceda algo
Se sentía real todo lo que él decía, pero solo le hacía sentir peor
-Me tratas como si fuera un niño y no lo soy...-hizo una pequeña mueca mientras sus ojos daban a los contrarios que le observaban fijamente
-Te trato como mi niño, eres mi niño bonito.-susurró acercándose a los labios rosados del rubio.-mi pequeño niño lindo
—Abre la puerta Gustabo, soy Volkov
La voz del peligris lo sacó de sus pensamientos, prendiendo la luz rápidamente y correr hacia la puerta no sin antes verse al espejo y tratar de peinarse un poco.
Al abrir, sonrió hacia el más alto que solo entró rápidamente, cerrando aquella puerta y abrazando al menor con dulzura.
—Gustabo... no e sabido nada de ti, ¿estás bien?
El menor solo murmuró mientras se alejaba un poco del mayor y lo invitaba a sentarse en el sofá frente a ellos.
—Estoy bien, solo...esperaba estar solo un tiempo, pensaba ir mañana a comisaría y...
Se vio interrumpido por el gato que se acercó y subió a su regazo, siendo acariciado por el mayor con suavidad, escuchando los ronroneos que este soltaba.
—Si fueras un gato... serias justo este Gustabo.—soltó el mayor mientras le observaba.
Sus grises mirando hacia los azules del menor fijamente, sin romper aquel contacto.
Gustabo mordió su labio mientras bajaba al gato y se levantaba con cuidado, acercándose con cautela al peligris sentado frente a él.
—Quiero algo Volkov...
El nombrado tragó saliva mientras llevaba sus manos a la cintura del menor, sintiendo pronto el peso de este sobre su cuerpo, aspirando el perfume que emanaba de su cuello.
—Gustabo... yo...
El rubio terminó por cortar la distancia que los separaba y besó al mayor, sintiendo pronto sus lenguas jugar.
Pequeños jadeos salieron de sus bocas mientras de a poco la ropa iba cayendo al suelo, ignorando que se encontraban en un sofá.
Eso a Gustabo no le importaba en lo absoluto, justo ahora tenia bajo su cuerpo al comisario Viktor Volkov
—Viktor...—suspiró cuando sintió el miembro del mayor sobre su entrada.
—podemos parar si quieres Gustabo... yo...
—Shhh...—le interrumpió el menor mientras sentía como el falo del mayor entraba en el, suspirando antes de volver a besarlo con fuerza.
Comenzando a dar pequeños brincos que los hacía jadear a ambos, viendo al ruso bajo el con sus ojos cerrados y su boca entreabierta.
Para Gustabo, ese hombre ya había caído por completo a su total merced, y eso le divertía
~•~•~•
—¿sucedió algo?
—El comisario Viktor Volkov entró al edificio del señor Gustabo, parece ser que lo que hacían era...
Un disparo se escuchó en la oficina, deteniendo al chico que hablaba por completo mientras miraba aturdido el hoyo en la pared a su lado.
La mirada penetrante del más grande le hizo saber que la había cagado.
Furioso, volvió a guardar la pistola mientras suspiraba con hastío, tomando su botella favorita de whiskey y sirviendo un poco del contenido en un vaso.
—Lárgate a cuidarlo, donde a ese niño le pase algo, no sabes de lo que soy capaz.—terminó antes de llevar el vaso a su boca y beber todo el contenido.
Viendo al menor correr fuera de la oficina y minutos después una moto que le hizo saber, ya se había ido.
—Mi pequeño niño... me haces poner celoso...
(Aunque sea mi culpa por abandonarte)
~•~•~•
Un último jadeo se escuchó por parte del menor antes de correrse sobre el más alto, jadeando por la falta de oxígeno mientras pequeñas gotas de sudor paseaban por su rostro, siendo retiradas por el comisario bajo él.
—Gustabo, ¿estas bien?
El rubio solo se levantó, comenzando a limpiarse y pasándole toallas húmedas al más grande para que hiciera lo mismo.
—Estoy bien Viktor.—susurró mientras comenzaba a cambiarse.
Volkov le imitó rápidamente, volviendo al sofá a sentarse con el rubio a su lado, abrazándolo desde la cintura.
—Tengo que irme, Conway espera que me quede en el turno nocturno junto a Greco
El menor asintió, levantándose para despedir pronto al mayor.
—Prometo llamarte después
Y con eso, Gustabo volvió a quedarse solo.
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