Aquel deseo voraz de obtener cada cosa que se le cruzará por la mente, sonriendo burlón mientras otro nombre era tachado en aquella lista.
En aquel y otro universo, el mismo rubio avaricioso solo tenía una cosa en mente
El poder
Y aquel único amor...
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Es curiosa la manera en cómo una persona puede actuar cuando algo no le gusta, dejar de hacer cosas que hacia solo por evitar recordar su principal molestia.
El efecto colateral que viene después de una pelea son solo fragmentos de sentimientos hablados, lastimando sin poder evitarlo.
Dentro de aquel bar, Gustabo permanecía sentado sobre el escritorio de Hunter, moviendo sus piernas mientras este solo le observaba.
—No saliste de tu departamento por días, ¿estuviste enfermo?—pregunto mientras prendía un cigarro
El menor negó, suspirando antes de hablar.
—No me sentía bien, es normal supongo—susurró mientras se levantaba y caminaba de un lado a otro, inspeccionando aquel lugar.—¿puedo salir? El ambiente se escucha bien allá afuera
Hunter sonrió, levantándose y acercándose al menor, tomando su mano con suavidad mientras caminaban fuera de aquella oficina.
—Te e visto cerca de una persona... cabello morado y ojos azules—soltó, haciendo que Gustabo le mirara fijamente, pensando en alguna respuesta rápida.
—¿lo conoces?—evadió la pregunta, viendo al mayor reír mientras negaba
—Se parece a un tipo con el que hago negocios, solo que tapa su rostro con maquillaje de payaso, es extraño—murmuró siendo escuchado por el rubio que solo asintió
Gustabo se permitió respirar una vez llegaron a la zona principal del bar, gente ebria bailando y algunos otros charlando llenaban el ambiente que le hacía sentir cómodo.
—Iré un momento hacia afuera, aquí quédate—habló Hunter mientras daba un pequeño beso en el cabello del menor, viéndole asentir.
Una vez le vio salir del lugar, Gustabo caminó hacia la barra, pidiendo la primer bebida que se le ocurrió, tomando un poco de esta y viendo a algunas personas bailar.
—¿Perdido?—le susurraron a su lado, volteando y sonriendo una vez se topó con el rostro de Brown
—No soy una princesa para estar perdido, más bien—alzó su vista hacia la contraria.—soy más de encontrar que de ser encontrado
Aquello hizo reír al mayor, negando mientras tomaba un poco de su bebida.
—No has ido a comisaría, ¿te cansaste de molestar?
El menor sonrió antes de voltearse levemente, parándose de puntitas y acercarse al oído del mayor y susurrar.
—Me cansé de verte la cara Brownie
Tragó lo que quedaba de su bebida, haciendo una mueca ante el alcohol raspando su garganta.
Pronto pidió otra bebida más, ignorando a Brown para ponerse a conversar con algunas personas que se encontraban cerca.
