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Su cabello revuelto y las ojeras bajo sus ojos le hacían saber que estaba perdido

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Su cabello revuelto y las ojeras bajo sus ojos le hacían saber que estaba perdido.

Sentía ese día diferente, su corazón palpitaba con fuerza sin siquiera hacer algún esfuerzo o sorprenderse por algo.

La lluvia caía con fuerza y la comisaría era un desastre.

—Gustabo, ¿estas bien?

Su vista fue a dar al comisario peligris que le miraba preocupado, asintiendo sin más mientras le veía acercarse.

—Estoy bien, no es como si me fuera a morir hoy o pasará algo que cambiará mi perspectiva de la vida.—habló mientras escuchaba la puerta del despacho del peligris ser tocada.

—Adelante.—habló Volkov una vez se apartó del menor, viendo entrar al superintendente que lucia completamente serio.

—Gustabo, ¿que haces aquí? Pensé que hoy no estarías aquí y estarías trabajando

El rubio asintió, levantándose del sofá cómodo mientras sus zafiros observaban sus manos pálidas.

—Tengo que irme ya, me esperan afuera.—susurró antes de salir sin siquiera despedirse, dejando a ambos policías preocupados.

—Hoy Gustabo se ve diferente

—Me preocupare por Gustabo en unas horas, ahora mismo necesitamos preparar un operativo, los Gambino se van a reunir con la mafia que estamos buscando

Volkov asintió, hablando por radio mientras observaba por su ventana al menor subir a un auto completamente desconocido.

~•~•~•

—Hoy tenemos que ser cuidadosos, veremos a unas personas distintas y tú.—volteó a ver a Gustabo mientras le ofrecía el pasamontañas.—debes de tener cuidado

—Claro claro... deberían de ocuparse de las cosas mejor en vez de preocuparse por mi.—hablaba mientras tomaba una sudadera del menor de los Gambino y se la ponía

—por cierto, Gustabo, ¿has hablado con Nick?

El menor se quedó callado, ¿quien carajos era Nick?

—¿Nick?

—Nick Hunter, al que vimos la otra noche y dejó en claro que está perdidamente enamorado de ti.—hablaba Toni mientras le ofrecía a Carlo un arma para protegerse por cualquier cosa.

—Oh, no sabía su nombre.—dijo por fin mientras sonreía, poniendo su pasamontañas.—no, no he hablado con él, ¿por qué?

Carlo comenzó a reír, comenzando a caminar junto a los demás a las camionetas.

—Es claro que mi hermanito está celoso

Toni le observó fijamente, negando antes de ver cómo Carlo se adentraba a una camioneta, siendo seguido por Gustabo

Codicia -Gustabowl Donde viven las historias. Descúbrelo ahora