Llovía a cántaros en aquella ciudad, pero poco les importaba a las dos jóvenes que iban camino al primer concierto de la del pelo rizado.
-Estoy nerviosa, ¿eh?
-Se supone que la que debería estarlo soy yo, Natalia.- No pudo evitar reírse la otra.
-Tía, eres la primera persona a la que meto en la discográfica.- Respondió obvia.- Y la primera vez que me encargo yo de organizarlo todo.
-Es lo que tiene ser la jefa.- Sonrió orgullosa de su amiga.
-No me puedo creer aún que haya confiado tanto en mí como para dejarme al mando.
-Fue un proyecto de dos, Natalia.- Dejó su mano sobre el hombro de su amiga.- De hecho ya tardaba en hacerte jefa.
Media hora después, mientras los nervios de Natalia disminuían, los de la cantante no hacían más que aumentar. No fue hasta la primera nota que tocó con el piano, que no fue capaz de calmarse. La música era algo que la relajaba independientemente del número de personas que la rodeara.
No muy lejos del escenario, una chica rubia, algo bajita si la comparabas con las otras dos, sostenía una cámara de fotos en sus manos con toda la delicadeza del mundo, que en cuanto descubrió a Natalia tras el escenario mirando a la chica que tocaba la guitarra en ese momento, no pudo evitar centrar el objetivo en ella.
Le parecía que aquella chica tenía una belleza que no había visto nunca antes. Era imposible no sacarle alguna que otra foto.
-¿¡Pero tú has visto la cantidad de gente que había!?- Exclamó la cantante al estar frente a su amiga.
-Te lo mereces tantísimo, Alice...- Respondió con una sonrisa la morena.
-Hola.- Interrumpió una voz aquel momento.- Perdonad, es que... Soy Alba, la fotógrafa y... Bueno, me gustaría hacer alguna foto del ambiente que hay tras el escenario, si no os importa.- Miró a Alice, pues la otra estaba de espaldas a ella.
-Claro, sin problema.- Se giró Natalia con una sonrisa para responderle, abriendo ligeramente los labios ante aquella imagen. Juraba no haber visto a una chica igual de guapa. Tenía los ojos marrones, con la mirada más profunda y expresiva que había visto nunca.
-Gracias.- Sonrió aún más, sin ser capaz de dejar de mirar a aquella chica que no conocía pero que tan hipnotizada la había tenido toda la noche durante el concierto.
-Bueno, pues...- Carraspeó Alice, rompiendo el momento y haciendo que las otras dos dejaran de mirarse.- ¿Aquí está bien?
-Sí, sí, vosotras a lo vuestro, como si yo no estuviera.
Los siguientes veinte minutos, Alba se dedicaba a hacerles fotos, y aunque había pedido que hicieran como si nada, la morena era incapaz de no mirarla de vez en cuando. Sus miradas se cruzaban y ellas eran incapaces de controlar su pulso, que se les disparaba como nunca antes.
¿Era posible sentir aquella conexión tan solo por haber compartido un par de miradas?
Ninguna supo responderse aquella noche, ni al día siguiente. Pero ambas sentían la necesidad de buscarse, de volver a coincidir. De saber más de la otra.
-Alice.- La llamó una vez se sentó en el sofá.- He estado viendo las fotos que subió la fotógrafa del concierto.- Comentó desinteresadamente.- Y he pensado que igual, si te gustan, podríamos contratarla para las fotos del disco.
-Ya...- Sonrió, mirándola divertida y sentándose en el sofá junto a ella al volver de su habitación.- ¿Y a ti te han gustado las fotos o ella?
-¡Alice!- Abrió mucho los ojos.
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Dos primaveras// Albalia
FanfictionAtenas. Secretos. Pasado, presente y futuro. Tercera parte de "la canción del verano"