Capítulo 17

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-¿Albi?- Se despertó de golpe cuando notó cómo la rubia, entre sus piernas, pasaba su lengua por su centro.

-Buenos días, Nat.- Sonrió divertida, volviendo a su tarea.

Y es que, aunque la noche anterior la morena le hubiera dicho que no pasaba nada si simplemente se iban a dormir, se había propuesto devolverle el placer que había sentido la noche anterior gracias a su novia.

-Menudos buenos días.- Suspiró agotada tiempo después tras haber alcanzado el orgasmo.

-Buenos días, Nat.- Sonrió, pasando su lengua por sus labios y mordiéndose el labio después.- Ahora me sabe la boca a ti.

-¡Alba!- Se sonrojó sin poder evitarlo, dándole un manotazo y provocando las carcajadas de la otra.

-Dame un beso, ven.- Sonrió a conciencia, pues sabía de sobra que odiaba los besos de buena mañana, pues siempre decía que le olía el aliento.

-Que no, primero me lavo los dientes.- Se levantó corriendo, yendo a lavarse los dientes para poder besarla.

-Eres súper boba, a mí me da igual, Nat.

-Pero a mí no.- Puso una mueca de asco para después, besarla por fin.

No hace falta decir que pasaron gran parte de la mañana en la cama. Se habían echado de menos y estaban dispuestas a demostrárselo de todas las formas posibles.

-¿Te da igual si vamos un rato a la playa? Quiero hacer fotitos.- La miró con un puchero. Natalia no supo decirle que no.

Estuvieron más rato de lo que le hubiera gustado a Natalia, pero solo por ver la cara de ilusión que tenía la otra, le valió la pena. Alba hizo fotos a absolutamente a todo lo que veía. Desde un perro corriendo por la arena, hasta a una simple concha en la orilla del mar.

Por supuesto, tampoco faltaron las fotos a la morena, que en algunas la pilló desprevenida, y en otras salía quejándose porque notaba el objetivo sobre ella.

-Es que se te va a acabar la memoria, Albi. Y todo van a ser fotos mías.- Siguió quejándose cuando la rubia, a pesar de haber salido ya de la playa, le seguía haciendo fotos sin parar.

-Me he traído el ordenador para pasarlas, no te preocupes.- Sonrió con inocencia.- Además, necesito seguir llenando mi carpeta de "crush".- Se burló de la cagada que había hecho hacía unos meses.

-Parece que fue hace un año y solo han pasado tres meses, ¿eh

-Tres meses contigo, mi sueño.- Suspiró embobada, mirándola con una sonrisa.

-Además de verdad.- Le pasó el brazo por los hombros, dejando un suave beso en su cabeza.- Te quiero, rubia.

Siguieron paseando hasta que se les hizo la hora de comer y Natalia quiso parar en cualquier sitio. Alba, sin embargo, que se había informado de dónde podrían comer, se negó a parar donde le había pedido la morena. Esta última se alegró de que Alba no hubiera cedido, pues el local al que fueron, aunque era pequeño, era muy acogedor. Le recordó al sitio al que siempre solían ir ellas dos en Valencia, y no pudo evitar el sentimiento de nostalgia que se le instaló en el pecho.

-Quiero estar en este finde toda la vida, Albi.- Hizo un puchero.

-Se te olvidan dos terremotos en la educación, Natalia.- Le reprochó con una sonrisa, pues sabía de sobra que habría pensado en ellos.

-No, no, me refería con ellos.- Aclaró al segundo.

-Claro, claro.- Se hizo la ofendida. La menor de las dos pensó que realmente se había sentido mal con su comentario, por lo que intentó, de todas las formas posibles, demostrarle que realmente había pensado en ellos. Alba, por su parte, no pudo evitar las carcajadas al escuchar el monólogo que iba soltando su novia, hasta que escuchó las últimas frases.- Cada vez me da menos vértigo tener a esos renacuajos en mi vida, Albi.- Terminó diciendo.- De hecho... Más de una vez he pensado en cómo sería compartir al cien por cien mi vida con vosotros tres.

Dos primaveras// AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora