Capítulo 7

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Se levantó contenta ese día. Afuera llovía, pero no le importó en absoluto tener que salir a la calle. Hacía dos días que no veía a Alba, pero las conversaciones por WhatsApp no cesaban. Tomás había mejorado, de hecho, ya podía ir al colegio. Seguía comiendo ligero, pero por lo menos ya no había vuelto a vomitar. La fiebre, por otra parte, también había desaparecido.

Cerró la puerta del estudio cuando entró y miró alrededor. No sabía cuándo le gustaba más. Cuando estaba lleno de gente, o cuando estaba vacío como aquel día. Los lunes por la mañana nunca había nadie, pues los domingos por la noche era cuando más aprovechaban los artistas de su discográfica.

Se sentó en la silla, con la guitarra en la mano, y comenzó con los primeros acordes que se le vinieron a la cabeza. Media hora después, tenía la melodía perfecta para la letra a la que llevaba unos días dándole vueltas.

Subió una foto al Instagram de la discográfica, y Alba, que estaba en su día libre, salió de casa en cuanto vio aquella foto y reconoció el tatuaje de Natalia. Llamó al timbre, pero nadie le abrió. Terminó llamándola por teléfono. La morena, que no se esperaba para nada aquella visita, se puso nerviosa.

-¿Qué haces aquí?

-He visto la historia de insta. No sabía que componías.- Entró sin esperar a que la otra le diera permiso.- ¿Cantas?- Sonrió emocionada, ganándose una respuesta afirmativa.- ¿Me cantas algo?

-Acabo de terminar una canción.- Se rascó la nuca nerviosa.

-¿En serio?- Sonrió aún más.- ¿Me la enseñas?

-No sé...- Musitó.- Es que... Bueno, vale.- Carraspeó, sentándose en la silla y cogiendo su guitarra.

"Hoy he vuelto a verte, aunque fue en fotografía

Hacía diez años que no te veía

Ya sé que eres madre, muy guapa tu niña

Yo sigo cantante de vuelta a tu risa

No sé si te acuerdas de cuando decía:

"Algún día puede que alguien pague por mi pena

Algún día puede que me marche y vuelva"

Te he visto cansada queriendo taparte

Me has visto la cara mojada de odiarte

Mas eso no es odio, es "vuelvo a encontrarte"

Dile que no tema tanto a la lluvia

Como su madre

Que ame la tierra y a los animales

Dile a sus ojos de bruma que no sea cobarde

Aunque tú lo fueras

Y no le hables nunca del cantante

Y no le hables nunca del cantante

Y no le hables nunca

Tiene tus ojos, tu cara

Mi mano meciendo su cuna

Lo sabio que tiene la Luna

Tiñendo de plata a la barcas

Con dos iniciales escritas

Ni el tiempo consigue borrarlas

Si un día reclama mi canto mintiéndole

Dile que nunca has sentido en el aire

Cuánto te hablaba mi vieja guitarra

Dos primaveras// AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora