Capítulo 19: Solo la verdad os hará libres.

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Los meses pasaron y la salud de Rockero mejoraba de manera increíble gracias a los buenos cuidados de la reina Poppy, ya se encontraba estable y podía caminar sin muletas, aunque todavía no se le permitía hacer movimientos bruscos se encontraba lo suficientemente bien como para volver a sus labores como emperador y bajar la carga laboral de Rick; Clásico regresó a su laboratorio para continuar su investigación acerca del instrumento, Clásico intentó concentrarse lo más que pudo pero dentro de si aún persistía la batalla interna sobre confiar o no en Poppy y la cercanía de esta con el emperador, aunque con el paso de esos meses aquella vocecita en su conciencia se había callado y sus celos disminuyeron permitiéndole volver a sus cabales, aún persistía un pequeño hilo de esos pensamientos que lo mantenían distraído he intranquilo.

El recuerdo de aquella noche donde el emperador tuvo su ataque regresaba de vez en cuando a su mente, después de mucho tiempo de problemas y situaciones tensas, por fin pudo tener una grandiosa noche a solas con su reina, la hizo suya sin remordimientos, incluso cuando sabía que el emperador estaba parado afuera, su mente vagaba entre la satisfacción de restregarle en la cara que era suya y la culpa por entregarse a sus bajos instintos como si fuera un vil y sucio hombre de las cavernas, no le tomó importancia en ese instante, aunque todo se vendría abajo cuando escucharon la llamada desesperada de Rick quien golpeaba la puerta y gritaba por ayuda, Poppy y Clásico se vistieron como pudieron y salieron corriendo para ver la terrible escena, Rockero tirado en el suelo casi sin vida mientras su hijo lloraba al ver tal escena, fue cuando la realidad lo golpeó ¿En qué se había convertido esto? Se supone que decidió mantenerse al margen, confiar y ser lo más analítico y frio posible para resolver esta situación pero sus emociones lo dominaron y se desvió tanto del camino ¿Porqué pasaba esto?

—¡Rayos! —Clásico tiró el lápiz y la libreta en blanco encima del escritorio que tenía en frente, por más que intentó concentrarse no lo consiguió, los pensamientos regresaban una y otra vez, recordaba con fastidio cuando Poppy tomó al emperador en sus manos después del terrible ataque que sufrió, luego Poppy, Ay Poppy, un alma siempre caritativa y ayudadora como solo ella puede ser, decidió ofrecerse para ayudarlo y estar cerca en todo momento, se sintió enfermo por ese lado amable de su reina, tuvo que reunir toda su fuerza de voluntad para no escuchar su inseguridad que le gritaba en su oído que huyera de allí con ella.

¿Vas a vigilarlo tú sola? También debo, yo estoy...

No Poppy detuvo a Clásicoes muy necesario que lo haga yo sola para que esté bien, tu deber es seguir con tu investigación para salvarlo, y que Rick no se quede sin padre.

Pero... Clásico no pudo protestar ya que Rick era un mar de lágrimas y Poppy no daría su brazo a torcer.

—¿¡Porqué rayos no puedo concentrarme!? — Clásico se enojó ya que ese recuerdo no lo dejaba en paz, se repetía una y otra vez en su mente— ¿Qué tengo que hacer para dejar de recordar eso?

—¡Ramón! —Sin esperarlo siquiera, Poppy ingresó en el laboratorio y abrazó a Clásico sin previo aviso, ahora ella estaba sentada sobre él, abrazándolo con pies, manos y cabello.

—¡Poppy! ¿¡Pero qué!? —No supo ni qué decir ante la repentina visita de Poppy.

—Se lo mucho que te mortifica esta situación —refiriéndose a estar cerca de Rockero—, no te lamentes, quiero que sepas que te quiero y vendré a recordártelo tantas veces como sea posible ¿De acuerdo? No quiero a nadie más que a ti, juntos podremos romper esa horrible cosa y regresar con nuestros amigos —la sonrisa y amor de Poppy borraron todo rastro de inseguridad en Clásico quien dejándose llevar por la felicidad de ese momento la abrazó y devolvió el beso.

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