Capítulo 6: Antes que el amor, que el dinero, que la gloria, dadme la verdad.

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Advertencia: Violencia, lenguaje vulgar, queda usted advertido.

El título de hoy es traído a ustedes gracias a: Henry D. Thoreau

— ¡RAMÓN TE LO RUEGO CREEME, YO SOY POPPY TIENES QUE CREERME! —Poppy era arrastrada con brusquedad por el rockero, los cientos de empleados que pululaban en el castillo miraban consternados como la mujer que el emperador decía amar con inconmensurable locura era arrastrada como una meretriz barata que había fallado en su trabajo, ¿Qué cosa tan terrible habrá hecho para poner a su majestad en tal estado? Cientos de teorías y chismes se regaron por todo el castillo y fuera de este, empezaban desde las más normales como que era una espía rebelde enviada para seducir y asesinar al emperador hasta las más descabelladas donde era una especie de súcubo que tomaba formas y buscaba quitarle toda la energía vital a su majestad, sea cual fuere la causa de la cólera del emperador todos temían por su propia seguridad, pobre de aquel que tuviera que cargar con su ira.

— ¿Creerte? —Ramón se mofó— ¡Más te vale que empieces a hablar ahora! ¿Quién te envió? ¿Aún hay facciones rebeldes que se niegan a rendirse? ¿O acaso eres alguna bestia cambia formas? Siendo el caso más vale que te transformes en el insecto que eres —Poppy no podía seguir los pasos del emperador y tropezó aún sostenida por este— ¡CAMINA BIEN PERRA! —El rockero dio un fuerte tirón haciendo que ella chille del dolor y derrame lágrimas— ¡Esas lágrimas de cocodrilo no te servirán ahora! ¡Cuántas veces te habrás burlado de mis sentimientos y las veces que me humillé ante ti!

— ¡Suéltame me haces daño, yo iré contigo a las buenas pero déjame! —El rockero hizo caso omiso a las suplicas de Poppy, no disminuyó el agarre de sus muñecas ni por un segundo, hasta parecía que aplicaba más fuerza.

— ¡PREPAREN MI MOTOCICLETA AHORA! —La orden del rockero fue tan fuerte y terrorífica que los sirvientes que merodeaban curiosos por ahí corrieron a la velocidad de la luz, cuando hubieron llegado a la zona de despegue había una motocicleta lista, Poppy fue arrojada hacia la moto como si se tratara de cualquier saco mal oliente, quedando acostada en el asiento de una forma tan incómoda y humillante— Sostente perra, si no te agarras te mueres y no tengo ni la más mínima intención de salvarte —no le dio tiempo ni siquiera de sentarse cómodamente, el rockero se sentó tras ella y elevó la bicho moto a una terrible velocidad, Poppy se aferró como pudo usando su cabello para no caer al vacío, cerró sus ojos para no ver el terrible vacío que estaba bajo ella y concentró todas sus energías en pensar en casa, en sus valiosos amigos y sobre todo el amor de su vida, el último recuerdo que tiene de él es su rostro desesperado al no poder salvarla, no hubo momento en su vida que ansiara tanto un beso y un abrazo de su querido Ramón, ¿Dónde estará en estos momentos?

El tiempo de vuelo fue tan eterno para Poppy, preocupada en no morir cerró sus ojos deseando estar en cualquier otro lugar, quizá si hubiera sido honesta desde el inicio su vida no estaría corriendo peligro ahora mismo; la motocicleta se detuvo y Poppy pudo respirar tranquila.

—Llegamos —la voz del rockero sonó menos dura pero igual de peligrosa que hace un tiempo atrás, Poppy abrió los ojos con lentitud y se topó con un paraíso que solo había visto en sus mejores sueños o en las pinturas renacentistas que tanto les gustaba a los trolls clásicos, habría sido tan hermoso recorrer este precioso lugar de no ser por la situación.

— ¿Qué es este lugar? —Poppy se bajó de inmediato y se dejó llevar por la belleza de aquel sitio olvidando momentáneamente el peligro por el que corría su vida.

—En un rato lo verás —la magia se rompió cuando el rockero la agarró nuevamente del brazo con brusquedad y la arrastró durante unos minutos hacia lo que parecía una amapola rosa gigante hecha de pelo de troll— Este es el mausoleo de la única persona a quien me inclinaré y serviré —se acercaron hasta la entrada que tenía los mismos grabados de amapola que la caja en el cuarto de Ramón, casualmente era la misma llave quien abrió el candado que resguardaba la entrada, al abrirse la puerta reveló un sitio aún más esplendoroso que el exterior, pero a pesar de ser hermoso había cierto toque que rompía la armonía de aquel sitio, la luz del sol iluminaba este lugar haciendo que se asemeje a un pedazo del paraíso, el pasto era tan fresco y verde que invitaba a rodar en él, las flores tan bellas que crecían iban todas en dirección a la tumba de piedra que estaba al centro del mausoleo, como si estuvieran todas llorando la perdida de la persona que descansaba bajo tierra— ¡Camina! —Exigió el emperador, los dos ingresaron en dirección a la tumba, el rockero la tiró a un lado de la lápida de piedra— El contenido de esta tumba definirá tu destino, si está vacío te daré una oportunidad de explicarte, si me convences te dejo vivir, si la tumba está llena te mueres.

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