fourteen

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Había pasado un tiempo desde que no veía a la psicologa, y apenas ese día se había acordado.

Había pasado unos 3 días de que salio con él Kamado, estaba tranquilo mirando unas cosas cuando una llamada le llego.

Era la psicologa que su hermana le había hecho visitarla hacia tiempo.

En ese instante se dio cuenta de el tiempo que estaba pasando, había pasado un mes desde la ultima cita con ella, 3 semanas en los que le pidio a Sabido ir a un bar y en el cual conocio a Kamado, 2 semanas en las que se la paso triste por perder el rastro de Kamado y ahora una semana masomenos donde lo volvio a ver y salieron en su primera cita.

Se había olvidado totalmente de su psicologa, esa mujer que no odia pero tampoco quiere más allá de lo "profesional". Pero que obligatoriamente debe de contarle sus cosas.

Y justo ahora tenia que ir a verla, la verdad no se le apatecia mucho pero era dinero que se gastaba en algo que no usaría seria un desperdicio, así que se obligaba a ir aunque sea unos minutos.

Empezo a tomarse "enserio" las citas con ella desde la 6ta visita, costo, pero le daba igual.

La mujer se llamaba Kotoha, era una mujer hermosa y muy amable, no sabia su edad, tampoco si estaba casada, lo que si sabía era que tenia un hijo que ella amaba mucho. ¿Por qué sabía eso? Pues, ella al principio, para que se suelte le empezo a contar de ella misma, sobre su hijo y lo tierno que era, no lo había conocido pero por la perspectiva que le daba esa señorita era obvio que era un buen chico y que nunca la molestaba.

Una extraña manera para que él se suelte a decir verdad, pero de alguna manera le sirve.

Luego de un tiempo le empezo a contar de su hermana primero y luego se fue soltando. Apenas en la ultima cita que tuvieron le pudo contar sobre su problemita del helado, la verdad la solucion que le dio por suerte le sirve para conocer al omega. Oh dios, ¿debería de contar de Kamado a ella? No sabia si hacerlo, le daba un poco de verguenza contarle sobre el omega que ahora le llama mucho la atención y que justamente tiene de olor el aroma del Helado que tanto adoraba.

Tendría que contarle como paso todo antes de verle? Eso sería demasiadas horas para hablar, pero si quería hacerlo bien debía de decirle todo con detalle. Y si escribía una libreta y se lo daba para que luego así ella se lo devolviera? Sería más fácil a decir verdad pero no tenía el suficiente tiempo ahora.

Puesto que volviendo al tema de antes, debía de salir ya en unas horas para la consulta, la verdad odiaba recordar el motivo de como comenzó y conoció a esa mujer, por qué la verdad le parecía estúpida la forma, pero si no fuera por eso, no hubiera conocido al Kamado.

Todos los acontecimientos que pasaron después de conocer a la mujer y su ayuda, ayudaron a que lo conociera, a un bonito Omega que surcaba su mente como nunca nadie lo había hecho, se sentía tan estupido aveces de tan solo pensar en el pasado y sus decisiones. Pero todo tiene un buen final no?

No, este no era el final, debía de trabajar aún para tener un final "deseado". Aunque el exactamente no deseaba nada ahora mismo, lo único que quería era ver al Omega a los ojos y quedarse así, mirándolo por el fin de sus días.

Aunque eso sonaba muy acosador, mirar detenidamente y de manera poco.... ¿Cómo decirlo? ¿Normal? ¿Tranquila?

No sabía como definirse en esos momentos.

Tal vez....

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Sentía algo de nervios para ser sincero.

Helado sabor a Caramelo [Giyutan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora