Sixteen

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Cuando el pelinegro llega por fin a su piso, va directo a su despacho.

En su escritorio tenia muchos papeles acumulados de sus "vacasiones". Tal vez le llevaria un buen rato terminar todo, ¿Pero qué más daba?

Su cuerpo trabaja en automatico, va más rapido que antes y es que esta emocionado. Quiere terminar todo para tener nada más que los trabajos que le den por día y ya, así tendra más tiempo para hablar y salir más seguido con el pequeño Kamado.

Oh, Kamado, de tan solo pensar en él su mente divaga. ¿Cómo es posible que este tan enfuscado con él? Apenas se conocían de hace unas semanas y se sentía en las nubes.

De seguro el Kamado le hizo brujería, lo embrujo con sus lindos ojos bermejas brillantes o con su sonrisa de dientes rectos y blancos, con su bonita manera de caminar, ¿Tal vez con su habla? ¿Y si le dio agua de calzon en una de sus citas? No lo sabía, pero no estaba enojado, era más bien raro.

Tal vez se estaba comportanto de manera pava por no averlo hecho en su adolecencia, había escuchado eso. Era una probabilidad de que como en su adolescencia no tuvo unos cambios hormonales en manera que no fue idiota en un momento, tal vez ahora estaba entrando en esa etapa de enamoramiento prematuro e facil que podria perjudicarlo.

No quería enfuscarse como un adolescente enamorado, no creía que él pudiera entrar a una etapa tan pava de la adolescencia ahora siendo él un adulto, pero tampoco era imposible.

Dios, ¿Eso explicaría el por qué no puede pensar en nada más que en el Kamado?

Se cuestiona a si mismo, pues no es que sea muy común que el mismo se encuentre así, necesitaría preguntarle a Kotoha sobre si estaba bien esto? No lo sabía. La duda empezó a emerger de su corazón, y si solo era momentáneo ese querer? ¿De verdad lo quería?

Esa pregunta se clava en su cabeza como una flecha atravesando de un lado a otro su cerebro, detiene sus manos que anteriormente teclean frenéticamente para quedarse rígidas y inmóviles. ¿Y si solo era un mero capricho? Apenas lo conocía, apenas y sabía su apellido, su nombre no lo conocía aún, tenían gustos similares pero, de verdad lo que estaba sintiendo no era más que un mero capricho momentáneo que luego se iría como todos se fueron de su lado?

Como el podría estar seguro de que esto no era una farsa de su corazón el cual él entendía como un enamoramiento y no como una amistad normal o solo curiosidad. ¿Y si le daba faltas esperanzas a el Kamado? No quería romper su corazón como ya pasó en el pasado, arreglar confusiones no era su fuerte y su solución de el pasado es... O bueno fue muy brusca.

Su puerta es tocada de repente por un golpeteo suave. Mira hacia allí, se queda en silencio un buen rato. Hasta que escucha de nuevo el golpeteo de manera suave.

ㅡ Adelante.ㅡ Pronuncia. La puerta de abre y de allí entra Shinobu, con un montón de papeles en manos. Entra y cierra la puerta, para luego poner los papeles en su escritorio.

ㅡHola, don Juan. ㅡ Le saluda. El alfa no responde entonses ella le mira curiosa. ㅡ ¿Sucede algo? ㅡ cuestiona.

ㅡNo, por qué te interesaría? ㅡ la mira.

Ella se queda callada. Para luego reírse en su cara.

ㅡ Se nota que no te sucede nada. Idiota. ㅡ se sienta en una silla que estaba adelante de su escritorio. Tomioka frunce el ceño sin entender por qué hace eso. ㅡ Y por eso me quedaré aquí hasta ver qué me respondas bien. ㅡ la mujer sonríe arrogante.

ㅡ ¿No deberías de trabajar? ㅡ  cuestiona Tomioka.

ㅡ Yo si termine todo mí trabajo, no como cierta persona que se la paso de vacaciones repentinas acumulando trabajo. ㅡ Dice en voz alta, Tomioka la mira con el ceño aún más fruncido que antes.

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⏰ Última actualización: Sep 14, 2023 ⏰

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Helado sabor a Caramelo [Giyutan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora