03. KARMA

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SAMARA REYES

Abro mis ojos con lentitud aun aturdida por lo sucedido pero cuando por fin logro abrirlos por completo los cierro rápidamente al sentir como arden por el sol el cual da directo a mi cama, la cual por alguna extraña razón no se siente como mi cama. En otro intento por abrirlos aún arden un poco por lo cual parpadeo en múltiples ocasiones en lo que logro acostumbrarme al sol y cuando por fin logró hacerlo intentó llevar ambas manos directo a ellos para tallarlos aunque el pinchazo en uno de mis brazos no me lo permite, dirijo mi mirada algo borrosa a mi brazo izquierdo y la sorpresa me invadió al ver una aguja enterrada en él. Nunca he sido fan de ellas.

Mi cerebro hace click y me doy cuenta que estoy en un hospital. Para poder confirmarlo me obligo a mover la cabeza aunque no logró hacerlo. Y otra sorpresa para mí, tengo un maldito collarín, así que lo único que hago es enfocarme en puntos específicos de la habitación sin tener que mover mi cabeza. Las paredes blancas, la puerta de madera y el horrible sonido de una máquina seguramente marcando mis signos vitales me lo confirman.

Lo que logra atraer mi atención son unos ramos en una mesa junto a la puerta la cual se encuentra frente a mí. Uno es enorme, muchas rosas rojas logran hacer que se vea hermoso a pesar de no ser muy fan de ellas. El siguiente es mi favorito, un ramo con seis girasoles y tres rosas rojas en el centro es aquel al cual no le puedo quitar la vista de encima, no tengo ni la más mínima idea quien pudo traer ese ya que estoy demasiado segura que el otro lo trajo mamá. Volviendo a los girasoles, pocas personas saben mi gusto hacia ellos ya que no es que vaya por el mundo expresándolo.

­—Samara —el chillido de mamá logra que me sobresalte provocando que salga un pequeño quejido de mi boca ante el dolor —. Lo lamento cariño, ahora vuelvo, voy a llamar al doctor.

En menos de un minuto se encuentran dos personas aparte de mi mamá a mí alrededor, el que supongo que es mi doctor el cual me revisa y hace preguntas, la enfermera escribe algo en unas hojas.

—Bueno, todo está bien por el momento, ella se encuentra bien de salud a pesar de lo que le dije anteriormente.

—¿¡Jolie despertó?! —Escucho gritar a Dylan —. Perdón, ¿interrumpo algo?

—Tú siempre interrumpes algo Dylan —escucho decir a mi hermano el cual se encuentra atrás de él.

—Yo me retiro para que puedan hablar con ella cómodamente —el doctor junto a la enfermera salen de la habitación.

—Hola —digo con dificultad. Hago una pequeña mueca ante el ardor que se instala en mi garganta.

—Me alegra que estés bien princesa, —dice mamá antes de darme un abrazo provocando un gran dolor en mi cuerpo —. Lo siento.

—Tranquila mamá —sonrío al ver que se relaja un poco. Definitivamente está muy tensa —. Pero ¿Por qué tanto amor?

A pesar del dolor y mi dificultad para hablar logro hacerlo bien.

—Pues despertaste cariño —explica —. ¿Recuerdas algo?

—No. —Confieso, la verdad solo tengo uno que otro recuerdo —. Solo que me fui de la fiesta por un... —guardo silencio unos segundos intentando encontrar la palabra —. Problema.

—Tómalo con paciencia puede que olvides algunas palabras pero ¿qué problema?

—Tampoco lo recuerdo. —Miento, sé que discutí con Lu por Peter, pero eso no se lo puedo decir, miro a Alec el cual estoy segura sabe la verdad —. Solo eso y que termine en un barranco.

—¿Sabes quién te encontró?

—No, supongo que los de la ambulancia o la policía. —Ella niega con la cabeza y mira a Dylan —¿Tú?

Un Lindo GirasolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora