Solo era una aventura de una noche, para su mala suerte, ellos eran alfa y omega. Ciertas reacciones de la madre naturaleza simplemente no tardaron en surtir efecto, un efecto que tenía un principio, pero no un final.
• Xiaother
• Xiao Alfa, Aether...
Cuando el celo ataco a Xiao y Aether, Lumine intento todo para que no se vieran esos tres días. Por más que Aether y Xiao le rogaran pasar su celo juntos.
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Así que aunque Xiao estaba en su descanso de celo, tomo un supresor e igualmente fue al café a ver a Aether a escondidas de Lumine.
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Su plan falló pero no por mucho, no se iba a quedar sin ver al omega, Aether no tardo en aparecer con una pequeña sonrisa y sus mejillas levemente sonrojadas.
El omega saltó a sus brazos, hundiendo su nariz en su cuello y sus ojos estaban a nada de humedecerse.
― Sentí que paso una eternidad, te extrañe mucho ― Confesó el omega, queriéndose hundir en las feromonas de Xiao, el cual correspondió su abrazo.
Xiao dejaba sus feromonas en Aether y el contrario hacia lo mismo, ambos estaban concientes de ese intercambio y les encantaba.
Se dejaron pequeños besitos, para abrazarse haciendo contacto visual, los ojos de ambos habian empezado a brillar cada vez que se topaban y sus corazones latían desenfrenados. Se estaban enamorando mutuamente.
Pero aun no aceptaban ese amor por su lado humano. Habían normalizado demasiado entre ellos el besarse, el tener relaciones sexuales y de desear al otro como no deseaban a ni un amigo. Muy en el fondo, sabían que esas cosas no las hacian los amigos.