20.

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Cuando al fin Xiao decidió que era mucho tiempo en la oficina, acomodó a Aether quien jugaba en su Mintendo, dándole un besito.

― ¿Hice algo malo? ― Preguntó Aether cuando sintió el aroma de Xiao con leve aroma a ansiedad.

― Para nada, amor, ¿Estás listo para nuestra cita de jueves? ― Aether asintió mientras dejaba unas cuantas feromonas en Xiao ― Guardemos el nido juntos y vamos hacía nuestra cita.

― ¿Dónde será nuestra cita esta vez? ― Cuestiono Aether.

― Es sorpresa...

― Quiero más besos ― Xiao atacó las mejillas y labios de Aether al escuchar las palabras de su omega.

― Esto es adictivo ― Habló Xiao, dejando aún más besos en Aether.

― ¿Me apoyas a guardar nuestro nido para irnos de aquí? ― Xiao dejo dos besos más para aceptar aunque su instinto no quería soltar a Aether.

― No quiero soltarte ― Susurró Xiao, para frotar su rostro en su omega ― Quiero protegerte, el lazo me dice que si te suelto vas a sentirte decaído. Tus feromonas me atraen mucho, Aether, te amo. Tenerte en mis brazos se siente cálido y mi corazón late demasiado rápido, nunca dudes que te amo y siempre te amaré.

Aunque en una pareja beta eso era más que una pasajera mentira, en una pareja destinada alfa-omega eso era la pura verdad. El alfa amaría por siempre a su omega y el omega daba su alma a su alfa.

Xiao era capaz de proponerle matrimonio a su omega justo en ese lugar, estaba nervioso, territorial y su instinto simplemente deseaba la cercanía de Aether.

Aether aceptaba los mimos con alegría, sonrojándose con las dulces palabras de Xiao aunque sentía lo mismo. Se apego aun más a Xiao, soltando agradables feromonas para el alfa, intercambiando aromas como si el lazo no las juntará.

― ¿No quieres ir a nuestro hogar y tener un día de mimos? Yo tampoco quiero despegarme de tí... ― Sugirió Aether. Xiao iba a aceptar pero negó.

― Debo hacer algo importante esta noche antes de ir a casa.

Su celo fue hace un mes, no era el celo el que los tenía empalagosos, era su naturaleza en máxima expresión, adoraban amarse, amaban ser destinados.

Su rutina diaria era estar juntos, amaban el hecho de despetar con sus pieles rozándose dando un grato calor al cuerpo ajeno, avisando a sus almas destinadas que el corazón que latía a su lado era su amado. Abrazándose mientras sus instintos les abrumaban con estar cada vez más cerca hasta ser uno como eran cada noche. Como esa primera noche en donde eran solo unos desconocidos destinados a amarse profundamente.

Xiao intentaba ser el mejor alfa para Aether, protegiéndolo de cualquier cosa que presentará una amenaza, como por ejemplo, el bebé de Thoma y Ayato que amaba a Aether, un bebé de sangre dominante que se había enamorado del omega cuando lo vio, mordiendo con sus encías la mejilla de Aether, soltando pequeñas feromonas de bebé. Xiao desde aquella ocasión prohibió al pequeño Kamisato acercarse a su omega.

Tenía un extraño concepto de amenaza, pero sabía que si era por el bien de Aether, todo valía la pena.

Si la mente de Xiao quería algo, era ser esposo de Aether, su lado humano ideaba el momento con emoción.

Aether no se quedaba atrás con esa ensoñación, imaginando a su alfa arrodillado ante el con un anillo pidiéndole juntar sus lados humanos en un acta.

― Xiao, si quedó en cinta, anidaré justo acá, con esta cercanía y solo contigo.

― Cuando quedes en cinta, mi instinto se pondría más territorial, ¿Sabes?

Sempiterno (Xiaother omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora