La historia cuenta sobre como Areum, tiene un amor platónico con su vecino desde que son pequeños y él cuál por azares de la vida termina siendo su profesor.
¿Acaso ese inocente amor podrá sobrepasar las líneas que ella misma a trazado en su mente...
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Sentía como mis párpados pesaban, ya no podía seguir luchando con el sueño... Así que sin importar donde me encontraba me rendí y cerré mi ojos.
— Areum... Areum, despierta... — Susurra, mientras me mueve lentamente para hacer que me levanté.
Con los ojos entrecerrados veo frente a mí al profesor Kim, quien parece estar algo angustiado.
— Profes... — Artículo arrastrando mis palabras.
— Tienes que despertar rápido, el director viene por el otro pasillo... No puedes dormirte aquí, si te ve te podrá llevar a dirección... ¡Vamos! — Habla con rapidez, sin dejarme terminar de hablar.
Siento como mis ojos se abren de par en par, cualquier rastro de sueño se desvanece de inmediato y dando un salto me levanto.
— Ven... — Dice y puedo ver un brillo de miedo en sus ojos.
Quizás por el momento de la adrenalina no se da cuenta, pero toma mi mano y puedo sentir como toda aquella escena que solo transcurría en cuestión de segundos pasa en cámara lenta a mis ojos.
Me hace entrar junto a él en una especie de armario, el cual es para guardar cosas, pero gracias al cielo estaba vacío. Por el poco espacio que hay entre ambos, pegamos nuestros cuerpos, a tal punto que puedo sentir como su respiración sopla mi cabello.
— ¿Cómo se te ocurre quedarte dormida en medio de los pasillos? — Reclama sin sonar molesto, parecía más que todo asombrado.
— La profesora Lee, me había pedido que la esperara aquí para ayudarla a pegar algunos carteles... Pero de tanto esperarla me quedé dormida — Explico, haciendo un puchero con mis labios, el cual él no podría ver por la falta de luz y espacio.
De repente escuchamos los pasos de unas personas acercarse, por las rejillas del armario puedo ver pasar al director junto a otros profesores.
— Shh... — Susurra en mi oído, haciendo que los vellos de esa parte de mi cuerpo se herizen.
Siento un millón de emociones juntas que no podría explicarlas simplemente con palabras... ¿A caso no se daba cuenta de lo que me esta causando?
— Ya se fueron — Informa haciéndome caer en la realidad.
— Gracias — Musitó, mientras me ayuda a salir.
— No es nada, espero la próxima no vuelva a suceder — Desordenado mi cabello con su mano, sonríe despreocupado.
Asiento y veo como se da la vuelta para irse, pero antes de que desaparezca un impulso se apodera de mí.
— Nos vemos luego, profesor Kim. — Hablo, sonriendo ampliamente. Emocionada por el simple hecho de que lo vería más tarde.
— Como todos los días, Areum. — Afirma, girado su cabeza sobre su hombro, mostrando solo el perfil de su rostro.
Como ya se estaba haciendo costumbre para ambos, todos los días iba a su casa sin falta, haciéndole compañía de alguna forma. Luego de graduarse, sus padres decidieron irse al extranjero junto con su hermana, la cual se había casado con un americano. Por lo que había podido escuchar, él había preferido no ir... Quedándose de esa forma solo en aquella gran casa.
...
Frente a la puerta de su casa, toco unas dos veces, mientras me controló internamente, pero para mí sorpresa no es el profesor Kim, quien me recibe.
— Hola pequeña, ¿Dime en qué puedo ayudarte? — Pregunta la mujer frente a mí.
— Disculpe, me equivoqué de casa — Farfullo impactada y como puedo me voy de allí casi que corriendo.
No pude evitar sentirme inferior delante de esa mujer. Ella era tan hermosa y adecuada para él... Mientras que yo simplemente era una niña a sus ojos y debía aceptarlo.
