La historia cuenta sobre como Areum, tiene un amor platónico con su vecino desde que son pequeños y él cuál por azares de la vida termina siendo su profesor.
¿Acaso ese inocente amor podrá sobrepasar las líneas que ella misma a trazado en su mente...
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En la escuela no se escuchaba nada más que sobre la llegada del chico nuevo, el cual era transferido de los estados unidos. Al parecer cargaba con un historial algo terrible y a mí parecer algo exagerado... Pero es que por Dios, ¿Quien en su sano juicio podría creer que venía de una mafia muy temida solo por tener tatuajes? Que absurdo.
Aunque a las chicas parecía no importarles mucho aquellos rumores, pues podrías saber dónde estaba al escuchar los gritos de ellas al verlo. Yo ni siquiera lo había visto la primera vez, tenía cero interés en hacerlo, ya con todo lo que me estaba sucediendo con el profesor Kim, era suficiente.
Restándole importancia a mí alrededor, como de costumbre. Camino por los pasillos mientras escucho música, cuando siento como alguien me jala del brazo, haciendo que entrara a una de las aulas vacías. La cual se encontraba totalmente oscura. No podía ni siquiera ver de quién se trataba.
Me remuevo molesta, tratando de zafarme del agarre de aquella persona, pero este al darse cuenta coloca su mano sobre mi boca, evitando que gritará. Sin importarme de quién se trata lo muerdo, con todas mis fuerzas.
— Maldición — Escupe furioso, pero se contiene de hacer ruido.
Sin importarle vuelve a colocar su mano sobre mi boca y esta vez, acerca su rostro hasta mi oído.
— Espera solo unos minutos — Susurra y escucho como una manada de chicas corren por el pasillo.
— ¿Dónde se habrá escondido? — Cuestiona con desespero una de ellas, deteniendo a todas las demás.
— Debe estar en la sala de música — comenta otra y seguras salen corriendo de nuevo.
Al escuchar como se alejan este me suelta, y aprovecho de alumbrar con mi celular su rostro... Si ya suponía de quién se trataba al ver esa cara desconocida estaba completamente segura de quién se trata.
— ¿Eres un perro o un animal salvaje? Maldición, casi me arrancaste un pedazo de la piel — Reclama, haciendo muecas de dolor.
Ruedo mis ojos sin importancia y me doy la vuelta dispuesta a irme, tomo el pomo de la puerta, pero este con su pie la tranca de nuevo .
— ¿Que te pasa? — Cuestionó molesta.
— ¡Debes hacerte responsable de lo que le hiciste a mi mano! — Exclama con aires de grandeza.
— Dile a unas de tus seguidoras que lo haga, yo no tengo porque hacerlo. — Respondo sin importancia — Déjame salir o empiezo a gritar. — Lo amenazó, retadora.
— ¿Acaso tú no eres una más de mis admiradoras? — Cuestiona con burla.
— ¿Eres sordo o qué? ¡Te dije que me deje salir! — Subo la voz molesta, pero este solo se abalanza sobre mí, tapando nuevamente mi boca.
— Haz silencio, podrían regresar... — Habla esta vez algo asustado, lo cual me da cierta risa.
— Lo haré, si me dejas salir — Negocio con él, esperando que me deje ir.
Me suelta y abro la puerta, mostrando detrás de ella a la persona que jamás imaginaria encontrar. Este al vernos se sorprende, su rostro de inmediato se endurece y me jala del brazo, arrastrándome tras él a su oficina.
