La historia cuenta sobre como Areum, tiene un amor platónico con su vecino desde que son pequeños y él cuál por azares de la vida termina siendo su profesor.
¿Acaso ese inocente amor podrá sobrepasar las líneas que ella misma a trazado en su mente...
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Sentí que estaba muerta en vida, nada tenía sentido. Pasaba todo el día escuchando música, buscando de alguna manera poder olvidar todo... Pero, nada resultaba.
Esta vez, estaba siendo mas drástica, debía alejarme por completo de él, así que faltaba a todas sus clases y como era de esperarse él parecía no daler importancia.
Aunque para mí maravillosa suerte, me habían asignado ser su asistente por el periodo de evaluaciones. Quería huir de esas situación, pero luego de pensarlo bien, no lo haría... No actuaría como una inmadura.
— Areum, entiendo si no quieres venir, no te preocupes por eso — Comenta al verme entrar a su oficina, lo veo fríamente y suelto una risa sarcástica.
— No se preocupe profesor Kim, voy a cumplir. — Explico, sonriendo fingidamente.
Así fue como empezé a cumplir en ir todos los días a su oficina y a pesar de que nuevamente convivíamos un par de horas todos los días, la incomodidad entre ambos no dejaba de ser abismal.
Debía leer unos libros para hacer un resumen, así que trató de bajar algunos libros de la estantería de sus oficina, pero no logro alcanzarlo. Me apoyo de esta y poniéndome de puntillas intento tomar alguno.
— ¡Cuidado! — Exclama alarmado y me jala del brazo, protegiéndome entre ellos.
Veo como caen varios libros al suelo, los cuales si él no me quita habrían caído sobre mi cabeza.
Levanto el rostro y me percató de la poca distancia que había entre ambos, podía jurar que estaba acercando su rostro al mío cuando abruptamente se separa de mí.
