Capítulo extra #2

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Anastasia


—¿Guardaste los pasaportes?

—Tengo todo en orden, nena. Relájate.

Me aseguro por décima vez que todo esté en orden en su mochila. Medicamentos. La manta. El cambio de ropa. Espero no haber olvidado nada en casa. Pasamos de viajar con dos niños a viajar con tres y dos adolescentes, afortunadamente Will y Teddy son igual de organizados que su padre. En cuanto a Jason y Phoebe... ellos son un caos en cada viaje. Ian no tanto. Nuestro pequeño es muy silencioso y tranquilo.

Me detengo hasta que la mano de Ben se entrelaza con la mía y la aparta de su mochila. Una pequeña sonrisa se dibuja en su rostro y con calma me pide que me relaje.

Desde mi asiento les doy un vistazo a los niños y al resto de la familia. Todos están tranquilos y listos para el despegue. Yo debo hacer lo mismo.

Nos esperan unas vacaciones increíbles.

Iremos a Italia.

¡No puedo creerlo!

Ben y yo conversamos durante el vuelo mientras veíamos a los niños dormir. El único de nuestros hijos que permanece despierto es Will. Va concentrado en uno de sus cómics. De vez en cuando levanta su mirada levemente, nos observa por un instante y con una tierna sonrisa regresa a su lectura.

Mi bebé ya es todo un adolescente. Uno muy sobre protector con su padre. Desde que Ben salió del hospital, luego de haber superado una neumonía, nuestro hijo se ha convertido en la sombra de mi hermoso.

Conoce todo lo que Ben necesita y sabe cuando su padre requiere de ayuda. Ama pasar mucho tiempo al lado de él y eso me hace inmensamente feliz. Lo único a lo que temo es cuando llegue el momento de decirle la verdad.

No sé si su amor seguirá siendo el mismo hacia nosotros.

— Lo resolveremos cuando sea el momento.

—¿Cómo sabes en lo que pienso?

—Nuestras preocupaciones son similares respecto a nuestros hijos. No te agobies.

Ben deja un beso en mi mejilla y reclina su asiento.

—Eso intento, cariño.

Su expresión se relaja y en menos de diez minutos ya se encuentra dormido. Con los años evita preocuparse respecto muchas cosas para no afectar a su corazón. Quizá yo debe hacer lo mismo. Hemos enfrentado demasiadas cosas los últimos meses. La cirugía en su rodilla. La neumonía. Eso casi lo mata y luego está la muerte de Zeus. Ocurrió hace apenas dos meses y siento que mientras pasan los días su ausencia se hace más grande para Ben. Además desde la neumonía su salud se deterioró un poco y aunque él finge que todo está bien no es así.

Esta lejos de ser así.

Y a pesar de ello se había arriesgado a viajar a Alemania estando aún convaleciente.

Cuando bajamos del avión vemos a diez camionetas esperándonos en la pista.

—Esto será increíble. Aunque no se ve como la Toscana.

Elliot ve hacia los alrededores al igual que el resto de la familia.

—Es un aeropuerto, Elliot. No esperes ver todo el paisaje—sisea Ben.

—¿Seguro?

Giró a ver a mi esposo y a nuestra hija recargada en su pecho. Ben me sonríe mostrando su dientes blancos y perfectos.

Ay, no.

El sonido de uno de los autos llama mi atención y baja el hombre al cual no deseaba ver, al menos no en este viaje. Su presencia hace palidecer al pobre de Luke y a sus dos hijos. Ese hombre le ha trasmitido sus temores a mis sobrinos.

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