DIECISIETE

1.3K 220 58
                                    

Nayeon creyó que estaba bien simplemente mirando a cualquier lado menos al frente, en donde había una foto de KyungSoo, con lo único que quedaba de él, que tampoco era demasiado, había mirado a Jun Soo a su lado, que parecía tan en blanco como ella, ya había llorado lo suficiente, quizás era que no lo creía, como ella, así que solo se había levantando un momento a la vez que dejaba a su hijo con su abuelo, el padre de ella.

Todo en la casa se sentía lúgubre y aun así, como si alguien enserio hubiera querido a su esposo, en realidad creía que eso era por mera burla, no sabía cómo sentirse al respecto y cuando había visto el montón de flores, no se sintió mejor, de hecho, hizo una mueca cuando terminó viendo las tarjetas de quién las había enviado, la mayoría de personas que seguro que no apreciaban a KyungSoo ni un poco, pero había terminado recibiendo demasiadas flores que ya no sabía ni en dónde ponerlas, cuando había terminado viendo una canasta de nombre de Park.

Irónicamente, siempre había esperado que su esposo y Park se asesinarán entre ellos porque no era que se tuvieran mucha paciencia, claramente se había equivocado, Chanyeol de alguna manera, incluso le parecía una buen apersona, así que pensó que había sido bastante mala con su juicio.

Jun Soo había estado muy triste, así que había centrado toda su atención únicamente en poder atenderlo a él, hacerlo que sonriera y se viera feliz, pero el pequeño, parecía estar un poco terco, ella le estaba dando su tiempo, porque sabía que eso no iba a ser algo fácil de procesar, en el peor de los casos, ella se sentía muy aliviada y pensó que eso tampoco era bueno, porque al final de cuentas, nadie debería estar feliz porque alguien más no estuviera, pero era como si hubiera perdido un gran peso de los hombros, aunque no dejaba de ser incomodo, porque ella no habría querido que fuera de ese modo en el que todo funcionará.

-Me preocupa Jun Soo, no quiero que piense que el mundo se terminó, porque aún hay mucho que hacer, tiene que crecer y tiene que seguir con el legado de KyungSoo.- Uno de los hombres de su esposo le había dicho eso, uno que era como el que le llevaba las cuentas, Nayeon hizo una mueca por eso, pero luego solo asintió.

-Quiero ver que quiere Jun Soo para el futuro, si él quiere otras cosas, pues yo no lo voy a detener, voy a dejar que haga lo que quiera, pero si está en su querer, seguir con esto, entonces tampoco le voy a decir nada, pero seré cuidadosa con ella, cosa que KyungSoo nunca me permitió.- el hombre pareció de acuerdo, cuando entonces le había dado las llaves de la oficina de KyungSoo.

-Ahora que el jefe no está voy a necesitar que tome algunas decisiones a veces, espero que pueda hacerlo de la mejor manera.- Nayeon tomó las llaves con una mueca y solo se limitó a asentir, no quería decir todo lo que llevaba en su pensamiento en esos momentos, que no era nada bueno, eso era seguro.

Nayeon había estado haciendo una mueca cuando entró a la alcoba y entonces había terminado suspirando con un montón de fuerza, porque todo el perfume de KyungSoo estaba ahí, entonces había terminado suspirando con un montón de fuerza, porque no se acostumbraba a la sensación de que no estaba ahí, en su silla como siempre, maldiciendo a todos los que se le acercaban, poniendo una mala cara, era como si jamás hubiera estado ahí y eso era más raro.

Nayeon se dejó caer en su silla, revisando los cajones de su escritorio para ver si encontraba algo, entonces había terminado suspirando cuando vio que solo estaban sus libros de contactos, sus contratos, su agenda, en realidad no había mucho, pero entonces, en el fondo de unos de sus cajones, había terminado viendo una pequeña libreta en la que había estado anotando sus pensamientos, sus cosas y planes, “Temo que siento que no voy a vivir mucho tiempo”. Parecía que sabía que no iba a vivir y aun así había ido en contra de todo para poder ser diferente a su padre, Nayeon se quedó callada y mirando eso, aunque en su cabeza no se figuraba ninguna imagen.

BotchanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora