CAPITULO 10 PALABRAS QUE DUELEN

394 33 0
                                    

Álvaro y Kiara abandonaron el restaurante después de un incómodo almuerzo.
Se despidieron sin antes que Donatello pidiera cita con ella para hablar.
— ¿Será que la presidente de la corporación me puede dar una cita para hablar con ella?
Kiara tragó el nudo en su garganta, miró fijamente a Donatello y luego a Álvaro.
— Pues pídale a mi asistente que le dé una, no llevo el orden de mi agenda.

Salieron con destino a las empresas a terminar los pendientes. Aquellos que quedaron en el olvido por Kiara, pues  estaba en las nebulosas solo de imaginar los escenarios con Donatello.

El resto de la tarde paso entre llamadas y una que otra entrevista.
La hora de la salida estaba próxima.

— Álvaro  ¿Será  que me puedes acompañar a la cena con el señor Rinaldi?

— Claro que sí Hermosa.  Pero antes me dirás ¿Quién es Donatello Rinaldi en tu vida?
Kirara tensó su cuerpo ante esa pregunta. ¿Como decir que es el padre su hijo? ¿Como revelar tan dolorosa verdad? Su mirada se nubló y la expresión de tristeza no pasó desapercibido para Álvaro.

— Tranquila Hermosa, puedes usarme a tu antojo si lo deseas. No preguntaré hasta que tú decidas contarme si crees que merezco saber, te acompaño siempre y lo debes. ¿Verdad?
Se acercó y le dio un abrazo reconfortante, las lágrimas de Kiara rodaban por sus mejillas y un fuerte sollozo salió de su garganta.
— Es muy doloroso, Álvaro, vergonzoso, triste, lo único bueno de eso es mi hijo.
—Shiii no digas nada, ya lo entendí, no quiero saberlo si recordarlo te entristece.
— Gracias, gracias Álvaro, eres mi mejor amigo.
" Si pudiera ser algo más  te haría la mujer más feliz del mundo, mi hermosa" — Los pensamientos de Álvaro eran siempre para Kiara, la amaba en silencio desde que la conoció, pero verla siempre con expresión indiferente jamás se atrevió a confesa le su amor.
— Tranquila, no estarás sola, yo estaré contigo el tiempo que lo desees. — Le reconfortó abrazándola.
— Gracias Álvaro, no sabes lo mucho que significa eso para mí.
Salieron con destino al restaurante donde Donatello la esperaba. Estacionaron el auto y se dirigieron al interior del restaurante donde fueron. Recibidos por una anfitriona y los guío al lugar donde estaba Donatello.

Kiara sentía su corazón acelerado, podía contar los latidos, por qué sentía que retumbaban en sus oídos.
Llegaron a la mesa y la mirada de Donatello la recorrió toda, un temblor invadió el ser de Kiara.
"Por qué aún sigue teniendo ese poder en mi " — Pensó
Suspiró profundo y miró a Donatello en su traje Armani muy elegante.
Donatello se puso de pie abrochando un botón de su traje, extendió su mano en dirección a Kiara, está respondió el saludo tomando la mano de Donatello, esa sensación que recorrió se cuerpo seguía ahí, tan viva como hacía años por un segundo se miraron a los ojos y un lenguaje silencioso hubo entre ellos.

Donatello apretó la mano de Kiara, se sintió invadido de sensaciones inexplicables.

 ¿Como era posible sentir eso después de tantos años de sufrir por ella? ¿Debería odiarla? ¡ No! No la odiaría jamás, tenerla tantos años en sus pensamientos, de buscarla, encontrarla, y después de perder la nuevamente, le hizo ver y reconocer el amor que sentía por ella, ahora estaba ahí frente a él y casada con otro, eso era un mal sabor de boca. Sentir que la perdió le revolvía las tripas solo de imaginarla en brazos de otro.
— ¿Y bien?  Pregunta todo lo que desees saber Donatello Rinaldi.— Expresó Kiara con frialdad.
— Sabes  lo que deseo saber Kiara, lo sabes perfectamente, mi hijo. ¿Donde está mi hijo?
Álvaro se sentía extraño en medio de ese duelo de miradas quería salir de ahí, pero no podía simplemente no podía fallarle a Kiara.
— ¿Por que desapareciste Kiara? ¿Por qué te fuiste sin decirme nada sobre mi hijo?
Kiara temblaba como la hoja de un árbol. Álvaro tomó su mano, dio un beso en ella y otro en la mejilla.
— Tranquila mi hermosa, yo estaré contigo siempre, pero necesitan hablar y aclarar cualquier situación. Pero los dos.
— Gracias Álvaro.
Álvaro se levantó y despidió de Donatello, salió del lugar.
— Donatello, no era sana la situación entre nosotros, ese ambiente hostil no era bueno para mí hijo.... —  Sus palabras se interrumpieron por la brusca reacción de Donatello.
— También es mi hijo. — Medio gritó, ordenó, ni él sabía lo que le ocurría pero la sangre le bujía en su sistema.
— Baja el tono de tu voz, no tienes por qué gritar. — Le ordenó Kiara apretando los dientes al hablar.
— Te desapareces por años Kiara, años, me he perdido tres vidas de mi hijo.
— ¿Hijo? ¡ah! claro el que pediste que abortara. ¿A ese te refieres? Pues déjame decirte que en este tiempo no lo verás, no está en España, está en Londres estudiando.
— ¿Londres?  ¿Londres Kiara?
— El solicitó permiso de irse y mi. — Sus palabras fueron interrumpidas por los malos entendido que surgieron en la cabeza confusa de Donatello.
— Ya lo sé tú, ¡espera! ¡Tu eres Kiara De la Rosa! Álvaro no es un De la Rosa
¿Álvaro es tu amante? ¿Te casaste con Rómulo De la Rosa? Y andas con Álvaro. Mi padre siempre tuvo razón eres una...—Donatello estaba furioso.
 — Cuidadito con lo que vas a decir Donatello. — Espetó Kiara furiosa levantando su dedo índice y apuntando a Donatello, y continuó.
— No sea que te arrepientas por el resto de ti vida.
— ¿Arrepentirme? Claro que me arrepiento, me arrepiento de verte como lo que no eras.— Kiara lo miró y su corazón dolió por sus palabras.
Cogió su bolso busco en el y le dió la tarjeta con la  dirección del high school donde estaba Salvatore.
— Ahí está la dirección del colegio, pide cita para verlo, está claro que no doy yo quien te diga lo que él es, por qué no me escucharás si está con las ideas equivocadas.
— Pues bien iré a verlo allá. — Expresó un Donatello muy enojado.
— Solicita visita por favor, no puedes ir cuando te dé la gana.
Kiara tomó su cartera y su gabardina para salir del restaurante cuando una mano fuerte la detuvo.
— Kiara, espera por favor. Hablemos — Pidió ahora un Donatello más tranquilo.
— Entre tú y yo, Donatello, lo único que tenemos que hablar es sobre Salvatore.
— ¿Salvatore? ¿Mi hijo se llama Salvatore?

Flash back.

— ¡Dime! — No esperaba la respuesta que le daría el detective.

- Señor Rinaldi, la señora Kiara se fue del país. -
¿ Cómo que se fue? ¿A dónde? — Pregunto con premura.

Lo que pude averiguar es que el jets no es de su propiedad, está a nombre de un Salvatore De la Rosa.

El mundo se estremeció bajo los pies de Donatello.
"¿ Quien rayos era Salvatore De la Rosa?. ¿Acaso Kiara se casó con otro hombre?

Fin
Flash Back

— ¿Le pusiste a mi hijo el apellido de tu marido?— Donatello miró a Kiara estaba y su furia empeoró.
— Donatello...
— Eres cruel Kiara, te quitaré a mi hijo, será un Rinaldi como debió ser.
Kiara temblaba como gelatina, el hombre que ama la estaba amenazando con alejarla de su hijo.
— ¡No puedes hacer eso Donatello! Tú. — Un Donatello furioso la interrumpe.
— ¿Y tú? Tu si pudiste desaparecer y llevártelo lejos de mi, no lo vi nacer, ni lo vi creces Kiara, mi hijo no me conoce Kiara. —  Los tonos eran hostiles lágrimas rodaban por las mejillas de Kiara.
— No podía quedarme. No podía permitir darle a mi hijo  un hogar inestable, no podía darle inestabilidad emocional a mi hijo, además, tú no lo querías. ¿Recuerdas? Aborta, esas palabras nunca las olvidé, y mientras estuvimos juntos, me ignoras te, me humillante. ¿Acaso lo olvidaste? Me ignoras te todo el tiempo que estuve ahí esperando un poco de tu atención, y tú simplemente sufría por la pérdida de tu gran amor, por eso me fui para que no sufrieras  viéndome y culpando me de tu desgracia, sin que si lo era, era culpable de todo, por eso me fuí.
Donatello paso su mano por los cabellos frustrado, Kiara le restregó esas palabras en la cara.
Palabras que le dolían haberlas dicho en ese momento.
— Dudaron de que fuera tu hijo, como querías que me quedara en un lugar donde se dudaba del origen de tu hijo.
— Yo nunca dude.
— ¡Claro! no lo dudaste, por eso pediste que abor....
— No lo digas Kiara, no repitas nunca más esas palabras que me duelen.
Kiara vió dolor en los ojos de Donatello, sintió su pecho estrujar se por que entonces vio que también no fue fácil para él, sufrió al igual que ella.
" Perdió a Pierina por mi culpa, siempre fue mi culpa, destruí la vida de todos"— Pensó Kiara y se seguía sintiendo culpable.

Los ojos se les llenaron de lágrimas y estás rodaron a borbotones. Kiara se sentía miserable por todo.
Salió del lugar a pasos agigantados fue al estacionamiento donde aún la esperaba Álvaro.
—  Hermosa ¿Que te pasó?
— Sácame de aquí Álvaro. Por favor.
Álvaro se apresuró a abrir la puerta del auto para ayudarla a subir.
Tomó su barbilla, la miró a los ojos y pegó su frente con la de ella.
— Tranquila hermosa, todo se resolverá, verás que este tiempo será solo un mal recuerdo.
—  Álvaro, desde hace años me persigue este momento, nunca  puedo deshacerme de él, esto ira conmigo hasta el día que deje de existir, ese día ya no sentiré culpa y remordimiento.
Álvaro la abrazo tan fuerte para reconfortar a su amiga amada.
Todo eso ocurría bajo la atenta mirada de Donatello, mientras presenciaba la escena tensaba tan fuerte sus dientes que sentía tanto dolor mientras en sus puños eran blancos los nudillos.
— Descarada. ¿Como pudiste?

La Novia Fugitiva Del CEO. ( Libro # 2 De La Saga, Cielos Eternos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora