CAPÍTULO 26 UNA VERDAD INESPERADA .

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Kiara vivía sus meses de embarazo consentida por su amor, por su padre y su mejor amiga. Salvatore estaba feliz por ella, cada día la llamaba para saber de ellos, saber que tendría hermanos era algo que en su corazón sentía mucha felicidad, y era algo que siempre deseó.
— Hijo ¿cuando vendrás? Necesito verte — Pronto estaré de vacaciones y volveré madre, es un promesa, estaré con ustedes, los amo, dale saludos a mi abuelo de mi parte .

Donatello veía como su mujer era feliz hablando con su hijo, parado en el umbral de la puerta con las manos en los bolsillos caminó en su dirección, se sentó a su lado acarició su rostro y un mechón de cabello lo enredó entre sus dedos.
— ¿Está feliz mi mujer? — Preguntó Donatello en un tono muy cariñoso.
— Mucho, muy feliz de tenerte aquí conmigo para ver crecer a tus hijos, pero.
Sus palabras se quedaron atragantada en su garganta, Donatello sabía lo que le diría a continuación.
— Solo hay que darle tiempo, el sabrá perdonarme y querrá estar con nosotros, conmigo para compartir como lo que somos una familia.
— Yo tengo la culpa.
— ¡No! No digas eso, tú no eres culpable de nada, si hay un culpable, ese soy yo, por como te traté, tu solo deseabas paz tranquilidad que no supe darte.
— Lo sé pero deseo que las cosas fueran diferentes.
— Las cosas son como tenían que ser,
te amo, y su te hubieras quedado jamás lo hubiera entendido, tengo que pagar el precio de mi error, el desprecio de mi hijo.— Expresó Salvatore con una tranquilidad que no sentía, por qué muy dentro de su corazón, dolía saber y ver vino Salvatore ponía distancias entre ellos.
Unió sus labios en un beso lleno de amor a los de ella.

Rómulo y Daniella no sentían nada diferente a Kiara y Donatello, cinco meses pasaron todo en completa calma sin imaginar que el resentimiento crecía en el corazón de Genevieve.
Genevieve después de ser dejada en la casa de sus padres y alejadas de sus hijas a las que jamás vió,  se volvió más hostil, y fría.
— Hija, deja esa obsesión por ese hombre, a demostrado que no te quiere, nunca te quiso y el culpable fue tu padre que siempre alimentó esa descabellada idea de casarte con ese hombre.
— ¡Cállate madre! No me interesa escucharte, Donatello me las pagará, pagará está humillación, y cada uno de sus desprecio, te lo juro.
— Hija olvídate de esa hombre, lucha por tus hijas, Emir Aksoy es un buen chico, te ama y tú lo despreciaste por alguien a quien no le interesas.
Genevieve era un mar de confusiones, su madre sufría ver como cada día se consumía en esa amargura, deseando vengarse de quien según ella le arruinó su vida.
Su padre luego de que perdiera la sociedad con las empresas Rinaldi y después de saber quién era Emir Aksoy, trato de emparejar con el, pero no lo logró, ya  no pudo recuperarse económica mente. Pues Emir se encargaría de arruinar al abuelo de sus hijas en un momento de arranque de rabia en contra de ellos.
Pues total no eran familia de sus hijas, investigo y supo el origen de ellas pues la madre de Genevieve murió de una enfermedad terminal siendo la empleada de los Koslov.
El padre de Genevieve era un humilde jardinero, a quien despidieron luego de que se hicieran cargo de la pequeña Genevieve, el carma de llamar a Kiara adoptada, sin saber ella de su verdadero origen.
Dimitris terminaría siendo un asalariado en su propia empresa dispuesto todo aquello por Emir.
Los meses pasaron y  por fin Genevieve supo donde encontrar a Donatello y Kiara, viajó hasta el pueblo donde se ubicaba la hacienda de Rómulo.
Alquilo una pequeña cabaña lejos de todos y empezaría a vigilar.
Esperaría en silencio y en las sombras aún no sabía exactamente lo que haría, pero lo haría.
Los días pasaron, era una mujer solitaria que no compartía con nadie cambio su estilo de vida al descubrir que era lo que ella más se mofaba de Kiara, adoptada.

Flash black.
Genevieve llegó aquel día muy estresada al descubrir que Donatello estaba con Kiara, y que no le importó nada sobre ella y el supuesto hijo.
Entro muy enojada y se dirija a la oficina de su padre cuando escucho las discusiones entre ellos.
— No sé por qué le consientes tantos disparates a tu hija, Dimitris, tienes que aprender a ponerte fuerte con ella, si no terminará mal, mírala como actúa, se está descontrolado.
— Déjame en paz Dasha, no me atormentes más, esa loca no me interesa .
Dimitri estaba fuera de control, la pérdida de sus empresas lo tenía mal.
— ¿Como puedes decir eso Dimitris? es nuestra hija, nos necesita.
— Yo no soy el padre de esa loca descontrolada, si fuera mi hija de verdad no actuaría así, sería más inteligente, pero tú eres la culpable de mi desgracia, tu por no darme hijos de mi sangre tuve que recoger a esa bastarda hija de sirvientes de mala sangre..
Una sonora bofetada se escuchó en el interior de la oficina de Dimitris.
Dasha tomo valor y lo cayó.
— Mucho cuidado con lo que dices de mi hija Dimitris, aunque no lleve mi sangre es mi hija, mía por qué sus padre así lo desearon, si no hubieran muerto estarían con ellos siendo feliz y no aquí siendo presa de tu ambición.
Lágrimas rodaban por el rostro de Genevieve  recordar que se mofaba de Kiara diciendo le adoptada, con la diferencia de que Kiara lo era por elección, más no por lástima como lo era con ella, sintió su corazón romperse en mil pedazos, al escuchar a su padre despotricar en su contra, y a su madre tratando de controlarlo.
Corrió al interior de su habitación se sintió derrotada, ver cómo vivió una vida de lujos, abundancia y mentiras lloró, lloró tanto que no sintió nada más que vacío en su alma y su corazón, se metió al baño llenó la bañera y se sumergió en ella , sus lágrimas se mezclaban con al agua, se durmió sin pensar en el tiempo que estuvo ahí sumergida, despertó se cambió de ropa, poniéndose una sudadera y un pantalón de chándal, algo que ella siempre odió.
— Está soy yo realmente. — Se dijo mentalmente mirándose al espejo, cogió unas tijeras y corto su cabello, hizo una pequeña coleta tomó unas poca pertenencias, y salió sin que nadie pudiera verla.

Fin Flash black.

« Todos me las pagaran, y en especial tú, Kiara De La Rosa »
Sus pensamientos eran negros como veía su vida, Genevieve era presa de la más oscuras malas intensiones, pues su vida no era lo que siempre creyó, y no  volvería a ser lo mismo con la pobreza en la que se encontraban el que en algún momento fue como padre, que le dio la espalda cuando Emir no quiso saber de tratos comerciales con el,  pronto un leve y lejano pensamiento llegó a su perturbada mente, sus pequeñas hijas era lo único bueno que salió de ella.
" Mis hijas, pronto iré por ustedes, serán mi salvación, mi puente a la tranquilidad que merezco voy a  conquistarte a Emir, y tendré la vida que me pertenece."
Se decía mentalmente.
— Primero, ajustaré cuentas contigo Donatello Rinaldi y Kiara la zorra, me las pagarán muy caro, y con lo que más les duele.
Genevieve tenía todo calculado, cada movimiento, cada detalle.
— Nada me puede salió mal.

La Novia Fugitiva Del CEO. ( Libro # 2 De La Saga, Cielos Eternos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora